México está en una onda expansiva. Exportó productos al mundo por 35.2 mil millones de dólares en febrero, lo que implicó un alza de 12.3% a tasa anual, el segundo crecimiento seguido a doble dígito y 16 aumentos mensuales continuos.
En comparación con febrero del año pasado, las exportaciones petroleras subieron 36% a dos mil 600 millones de dólares y las no petroleras subieron 11% a 32.6 mil millones de dólares, mientras que las importaciones nacionales llegaron a 34.1 mil millones de dólares por lo que México registró un superávit de mil cien millones de dólares en el año.
Dentro de las ventas al exterior, no petroleras, las agropecuarias subieron 17%, las extractivas 7% y las manufacturas 11%. A su vez las no petroleras mexicanas están lideradas por productos manufacturados, 30.5 mil millones de dólares en febrero, seguidas de productos agropecuarios e industrias extractivas.
Los aumentos más importantes se dieron en las exportaciones de productos de la siderurgia, 21%, y productos automotrices, 18%. El precio promedio de la mezcla mexicana de crudo a exportación fue de 56.2 dólares por barril, cifra superior en 11.50 dólares a la de febrero de 2017.
A su vez, el valor de las exportaciones agropecuarias y pesqueras alcanzó mil 600 millones de dólares, un incremento anual de 17.3%. Pero los aumentos mayores se dieron en la exportación de frutas y comestibles (36%), jitomate (33%) otros como melón, sandía y papaya (32%) y aguacate (23%). Esos avances sirven para generar empleos y mejorar el nivel de ingresos, que en esos participan mexicanos.
Por su parte, el titular de la negociación de los países integrados en el TLCAN y otros mecanismos, se mudaron a Washington para continuar con las negociaciones entre México y sus socios del tratado para finalmente concluir la renegociación de dicho mecanismo regional. Hay ahora algo de optimismo de que se podrá finalmente mejorar su funcionamiento y generar más ingresos y empleos para los tres países miembros.
Teniendo en cuenta lo anterior, es importante reconocer que la pobreza en el país sube con inflación y ha bajado en periodos con inflación controlada; que en 2017 se deterioró por la alta inflación de casi 7% y que el papel del Banco de México en ese rubro fue importante entre 2014 y 2016 y ahora en 2018 debido a que el control de la carestía ha permitido la recuperación de los ingresos reales.
Además, el piso no es parejo para todos los mexicanos, porque el gran reto de la política social es que pueda generar igualdad de oportunidades a todos, y que los servicios que ofrezca el Estado permitan a todos gozar de la protección que por ese medio se ofrece, reto muy complejo y de resultados graduales, que aún está en proceso.
El titular del Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social), declaró que la labor del Banco de México en su control de la inflación ha sido fundamental, pero sugiere ahora seguridad social universal para resolver el sistema actual, fragmentado entre IMSS, ISSSTE, el no contributivo Seguro Popular y otros, que son clave para explicar la baja productividad de la economía y la desigualdad en el acceso a la salud, jubilación y protección ante la informalidad laboral.