La adopción de la biotecnología moderna y la utilidad y ventajas que ofrecen las aplicaciones en la producción agrícola nacional, llevó a México a tener uno de los marcos regulatorios más rigurosos y estrictos a nivel mundial.
En un comunicado, la empresa AgroBio informó que por más de una década se discutió sobre los cultivos genéticamente modificados (GM) y este debate fue convirtiéndose en aportes valiosos que vienen a consolidar su importancia en el marco de su aprovechamiento sustentable, y el manejo seguro y responsable.
AgroBio México señaló que legisladores, gobierno, representantes de la academia, de la sociedad civil organizada y productores involucrados en la cadena agroalimentaria, han participado en todo tipo de foros en los que igualmente han encontrado puntos de coincidencia.
Resaltó que quedó de manifiesto que en México se aplican otras leyes y reglamentos en materia sanitaria, ambiental y agrícola, haciendo del desarrollo, cultivo, comercialización y consumo de cultivos genéticamente modificados una de las actividades más reguladas en México.
Para esta asociación civil sin fines de lucro, es fundamental para el país, ceñirse a cada lineamiento como el Protocolo de Cartagena sobre Seguridad de la Biotecnología. un protocolo de dioseguridad.
Es un Tratado internacional negociado en el marco del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), suscrito y ratificado por México. Su objetivo es contribuir a garantizar un nivel adecuado de protección en la esfera de la transferencia, manipulación y utilización seguros de los organismos vivos modificados resultantes de la biotecnología moderna.
Indicó que se centra concretamente en los movimientos transfronterizos, importaciones y exportaciones, y previniendo cualquier efecto adverso para la conservación y uso sostenible de la diversidad biológica, considerando los riesgos para la salud humana.
El marco regulatorio mexicano está integrado por instrumentos normativos, como la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados (LBOGM) y el Reglamento de la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados (RLBOGM).