Tras conocerse que la administración de Donal Trump va a imponer aranceles a la importación de acero y aluminio proveniente de México y Canadá, el La Secretaría de Economía del gobierno de México ha reaccionado de forma inmediata anunciando la imposición a su vez de aranceles para productos estadounidenses entre los que se encuentra la carne de cerdo y los embutidos.
La medida fue tomada por EE.UU. justo cuando se está cerrando la ronda de negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA).
De acuerdo con la Secretaría de Economía de México, con esta medida “el gobierno reitera que actúa como lo que somos, una nación soberana, que tiene la capacidad para defender nuestros intereses”.
Canadá también ha reaccionado ante la medida anunciada por EE.UU. e impondrá una subida de aranceles desde el próximo 1 de julio.
Desde EE.UU., Dan Halstrom, presidente del USMEF ha asegurado que “es especialmente frustrante ver al cerdo estadunidense atrapado en una disputa que no tiene nada que ver con el comercio porcino”. “Si se implementan estos aranceles, tendrán un impacto negativo en millones de consumidores y miles de personas en las industrias cárnica y ganadera en ambos lados de la frontera”, advirtió Halstrom en un comunicado distribuido en el Congreso Mundial de la Carne 2018 de Dallas.
El Consejo Nacional de Productores de Cerdo de Estados Unidos (NPCC) apuntó que las exportaciones representaron más de 53 dólares del valor promedio de 149 dólares de cada cerdo el año pasado, y respaldaron a más de 110,000 empleos en Estados Unidos.
El NPCC llamó a “poner fin a estas disputas comerciales para que los porcicultores estadunidenses puedan hacer lo que mejor hacen: satisfacer la demanda mundial de uno de los productos de exportación más competitivos de nuestra nación, que impacta favorablemente los desequilibrios comerciales de Estados Unidos con países de todo el mundo”.