Como parte de la estrategia para impulsar el mercado de los energéticos en México, la mayor parte del crédito que otorgó durante 2016 el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras) fue para dicho sector, al sumar 71 mil millones de pesos para distintos proyectos, informó la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
A través del reporte semanal de su vocero, la dependencia dijo que por primera vez en la historia del banco, aprovechando las nuevas oportunidades que generó la reforma energética, el año pasado la mayor parte del otorgamiento de crédito fue para el sector energético, incluyendo proyectos de energía renovable.
Por medio del documento, la dependencia encabezada por José Antonio Meade agregó que el banco administra el fideicomiso más grande del país enfocado al financiamiento de proyectos de infraestructura con participación privada, bajo el nombre de Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin).
De esta manera, dijo que el fondo autorizó apoyos financieros por 71 mil millones de pesos, que impulsan el desarrollo de diversos estudios y proyectos.
“En 2016, entre los proyectos financiados por Banobras destacan obras como el Gasoducto Los Ramones II Sur; la Terminal de Carga en el Puerto de Tuxpan; el inicio del Libramiento de Hermosillo; los parques eólicos Ventika I y II y La Bufa; el hospital del ISSSTE en Mérida; así como con el apoyo del Fonadin”, precisó.
En este sentido, dijo que en los últimos años se ha incrementado el financiamiento para infraestructura económica en carreteras, puertos, logística, gasoductos o plantas de generación de energía, así como para servicios con alta rentabilidad social como el transporte público, acceso a agua potable y tratamiento de basura.
“Se trata de elementos esenciales para elevar la productividad de las industrias, regiones y personas, con el fin de aspirar a mayores niveles de crecimiento en el mediano y largo plazo”, destacó.
La SHCP agregó que el incremento del financiamiento para infraestructura en México es resultado de las reformas estructurales en materia financiera y energética, así como del impulso a la participación del sector privado, a través de nuevos productos financieros y de las Asociaciones Público-Privadas (APP) que promueven un reparto eficiente de riesgos y generan mayores montos de inversión, lo que permite compensar en gran parte las estricciones presupuestales del sector público.
“La ejecución de dichas acciones se traduce en mayores niveles de financiamiento bancario en infraestructura, con una participación creciente de la banca comercial”, destacó.
Agregó que la reforma financiera permitió que la banca de desarrollo cuente con una mayor autonomía en su operación, definir productos y esquemas que ofrecen mejores condiciones financieras, y asumir mayores riesgos para atender estrictas medidas prudenciales.
Por su parte, apuntó, la reforma energética abrió oportunidades de inversión en el sector y favorece el desarrollo de proyectos de energías limpias.