Estados Unidos presentó en la tercera ronda de negociaciones una propuesta para regular a las empresas energéticas asociadas con Petróleos Mexicanos (Pemex) o la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
“Imagínate lo que va a opinar Exxon y todos aquellos que han apostado a la reforma (energética mexicana) y han establecido inversiones conjuntas (con Pemex o la CFE)”, criticó Ildefonso Guajardo, secretario de Economía.
El funcionario dijo que al igual que en el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por su sigla en inglés), Estados Unidos impulsa incluir un capítulo para regular las empresas del Estado en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
En el caso de Vietnam, el TPP era necesario porque empresas estatales reciben subsidios en la industria textil. Los países integrantes acordaron no ocasionar efectos adversos a los intereses de otros países parte de este tratado, al proporcionar asistencia no comercial a las empresas públicas del Estado.
Hasta ahora, la petrolera egipcia Cheiron Holdings Limited, la australiana BHP Billiton y alemana DEA Deutsche han sido seleccionadas como socias de Pemex para explorar y extraer petróleo.
“Pero en este caso (la propuesta estadounidense en el TLCAN), el texto va un poco más allá, al delimitar y condicionar no sólo a las empresas productivas, sino que también vienen implicaciones para socios privados de las empresas productivas”, dijo Guajardo.
También destacó que, al haber acuerdos de empresas privadas con Pemex, “las pone en un grado de incertidumbre”, si se aplicaran ciertas cláusulas del TPP dirigidas a empresas propiedad del Estado (EPE).
En el TPP, se acordó asegurar que las EPE o monopolios designados no discriminen contra empresas, bienes y servicios de otros países parte. Además, las naciones integrantes convinieron proporcionar jurisdicción a sus tribunales sobre actividades comerciales de las EPE extranjeras en su territorio, y asegurar que los órganos administrativos que regulan tanto a las EPE como a compañías privadas lo hagan de manera imparcial.
Antes de la entrada en vigor de la reforma energética, el sector energético en México permanecía cerrado casi en su totalidad a la inversión privada. La reforma implicó transitar de un esquema monopólico hacia un mercado donde éstas pudieran convertirse en empresas productivas del Estado para competir con privados.
