Reuters.- China reconocerá concesiones hechas en cualquier acuerdo comercial con Estados Unidos con el propósito de estabilizar las frágiles relaciones, pero difícilmente ceda a las demandas que alteren su modelo económico incluso si enfrenta aranceles prolongados, según piensan muchos expertos en comercio.
El presidente estadounidense Donald Trump ha advertido que podría abandonar un acuerdo con China si resulta insuficiente, incluso a pesar de que sus asesores resaltaron avances hacia un arreglo para finalizar una disputa que llevó a una escalada arancelaria sobre bienes por cientos de miles de millones de dólares.
Ese optimismo tomó una forma diferente en Pekín, donde la postergación del plazo “estricto” del 1 de marzo para un alza de tarifas de Estados Unidos reforzó la opinión de que el apetito de Trump para aplicar medidas duras se debilitó a medida que se acercan las elecciones presidenciales de 2020 y una fuerte economía estadounidense muestra ahora indicios de debilidad.
Optimismo moderado
Las concesiones chinas en cualquier entendimiento probablemente no alcancen las demandas estadounidenses por profundos cambios en la forma en que la segunda mayor economía del mundo funciona.
Modificar un esquema de planificación estatal que lleva décadas no ocurrirá de un día para otro, sostienen los expertos chinos.
Y el presidente Xi Jinping enfrenta sus propios desafíos políticos domésticos, ya que ser visto como alguien que se inclina ante Trump sería menos digerible que navegar el impacto de corto plazo que podría tener una continuación de las tensiones comerciales sobre la economía china, que también se está desacelerando, argumentan.
Largo proceso
Un funcionario chino dijo a Reuters que la reforma doméstica en el país era un proceso de largo plazo.
“Si Estados Unidos lleva adelante restricciones generalizadas o presiones basado en sus propios intereses, China no lo aceptará”, dijo el funcionario.
Tu Xinquan, un experto de la Universidad Internacional de Negocios y Economía, dijo que sería difícil que Xi acepte las demandas estadounidenses de que China cambie el papel de las empresas estatales y otras políticas industriales centrales.
Xi probablemente esté preparado para llegar, como muy lejos, a dar “compromisos visibles y políticamente influyentes” a Trump, como comprar más productos estadounidenses y mejorar la protección de los derechos de propiedad intelectual.
Acusaciones
Washington desde hace mucho tiempo se queja de que Pekín sistemáticamente obtuvo propiedad intelectual de empresas estadounidenses por medio de coerción, o, directamente, robo.
Pero mejorar el cumplimiento de las normas de “copyright” y marcas es visto por la línea dura en Washington como un movimiento práctico y del interés propio de China, ahora que tiene sus propias compañías innovadoras.
Que China actúe en forma verificable sobre la amenaza más existencial de la transferencia forzada de tecnología -que los funcionarios niegan que esté ocurriendo- o limiten sustancialmente la influencia de las empresas estatales en la economía, son acciones consideradas menos probables.
“Las características centrales del modelo chino – esas cuestiones quedarán para el futuro”, dijo Tu.