Las reformas estructurales, aunadas a las medidas de política económica implementadas durante la presente administración, han permitido un crecimiento económico balanceado, generación histórica de empleos formales, captación de inversiones extranjeras sin precedente, mejorar los índices de competitividad y un importante dinamismo en los procesos de integración comercial con el exterior.
Sobre éste último punto, cabe señalar que ante un mundo cada vez más complejo y globalizado, desde el inicio de la actual gestión federal, el Gobierno de la República ha impulsado una política exterior vigorosa y sustantiva. Se ha instrumentado una amplia estrategia de política exterior con el propósito de defender y promover el interés nacional en el mundo; contribuir al cumplimiento de los objetivos de desarrollo de México y ampliar y fortalecer su presencia en el mundo.
Para México, el comercio exterior constituye un motor fundamental para su crecimiento económico en el siglo XXI. Para poner en su justa dimensión este asunto, cabe destacar que de 1993 a 2017 el intercambio comercial de México con el mundo se multiplicó en siete veces y la Inversión Extranjera Directa ascendió a 29.7 miles de millones de dólares el año pasado, cifra sin precedente en el país.
En tal virtud, y para potenciar los beneficios de este instrumento toral, es necesario fortalecer la estrategia económica y comercial con el exterior, consolidando procesos fundamentales como los siguientes:
La renegociación para la modernización del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN), considerando que desde su entrada en vigor, México incrementó su comercio trilateral en 468%, sus exportaciones en 618% y sus importaciones en 323%, en tanto que la Inversión Extranjera Directa proveniente de sus socios del tratado suma cerca de 233 mil millones de dólares.
Éste se ha convertido en un instrumento comercial clave para la modernización y crecimiento económico, el desarrollo de varias regiones, la generación de empleos y la atracción de inversiones.
De allí la importancia que revisten las rondas de negociaciones en la modernización del Tratado, iniciadas el año pasado, y en las cuales se han abordando temas y prioridades para cada uno de los países.
Sólo con el compromiso y convicción de los tres gobiernos, será posible generar sinergias positivas que contribuyan a que la modernización garantice un marco sólido y permita acceder a tasas más altas de crecimiento económico, empleos y mayores oportunidades para toda la población.
La diversificación de las relaciones a través del Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP o TPP-11), que permitirá acceder a nuestro país a seis nuevos mercados de la región Asia-Pacífico, así como fortalecer y mejorar su intercambio con otros socios importantes como Japón, Canadá, Chile y Perú.
Fortalecer la relación con países de Medio Oriente y propiciar un mayor acercamiento con economías emergentes como China, India y Sudáfrica, entre otras, que registran un importante dinamismo económico.
Debemos explorara la posibilidad de estrechar lazos con nuevos socios comerciales con los que existan oportunidades importantes para el intercambio.
Continuar trabajando de manera estrecha con países de América Latina, de tal manera que tenga un peso específico y asuma un liderazgo regional, junto con economías como la de Brasil, a fin de concretar acuerdos que contribuyan a una mayor integración económica y comercial, en beneficio de la región.
Los retos que impone la economía global son cada vez más complejos y desafiantes, mismos que tienen un impacto poderoso en el rumbo de las economías a nivel regional y local.
En este sentido, resulta fundamental fortalecer y diversificar las relaciones económicas y comerciales de México con países de las diferentes latitudes del planeta, con el objeto de mejorar las perspectivas de crecimiento económico, desarrollo y bienestar de la población.