La Confederación de Cámaras Industriales (CONCAMIN) señaló que uno de los principales objetivos económicos de 2018 en el país es mantener y acelerar el avance de la planta productiva, ya que es una labor indispensable para elevar la productividad y competitividad de la economía mexicana, toda vez que la confederación considera que “México tiene asuntos internos que demandan atención inmediata para mejorar las bases del desarrollo y dotar al crecimiento de la consistencia necesaria para ser más dinámico, incluyente y balanceado”.
Otros de los objetivos son impulsar la reactivación de la inversión productiva, que retrocedió 1.5% en los primeros 10 meses de 2017; elevar la productividad de la actividad económica; evitar el resurgimiento de presiones inflacionarias; y mantener un ambiente macroeconómico estable para crear las condiciones que permitan una transición ordenada y sin sobresaltos entre ésta y la siguiente administración.
Para lograrlo, se debe trabajar en asegurar la estabilidad económica que es indispensable para la operación de la planta productiva y mantener el trabajo a favor de la modernización de la actividad económica, pues de ello depende el crecimiento en los años por venir, unir esfuerzos y recursos, señaló Manuel Herrera Vega, Presidente de la CONCAMIN.
“Sólo un manejo acertado y cuidadoso de la políticas monetaria, fiscal, comercial, financiera e industrial, permitirán que la economía mantenga su rumbo y logre avanzar, al menos, a un ritmo cercano al de los últimos años”.
Asimismo, contener el aumento de la deuda pública, cerrar 2017 con superávit primario de 310 mil 151 millones de pesos, reservas internacionales superiores a los 173 mil millones de dólares, un crédito contingente por 86 mil millones de dólares, exportaciones en ascenso y con niveles récord en el sector automotriz, constituyen buenas señales en el arranque del presente año.
A través de un comunicado, la confederación expresó que la economía mexicana acumula ocho años de crecimiento. Sin embargo, su avance moderado y el poco favorable desempeño de tres de los componentes de actividad industrial, perfilan dos de los más importantes desafíos en el corto plazo: sentar las bases para acelerar el paso y crear las condiciones para el repunte consistente de las actividades fabriles que concluyeron 2017 con cifras negativas.
Añadió que de acuerdo con estimaciones del INEGI y con base en cifras originales, 2017 cerró con un crecimiento económico de 2.1%, cifra inferior al 2.9% reportado en 2016 y el más bajo avance de la actividad económica en los últimos cuatro años, lo que significa que se está frente a un escenario dominado por la desaceleración económica.
En tanto, la actividad industrial retrocedió 0.6% en términos reales en 2017, con una industria minera que sigue reportando números negativos (-10% al mes de noviembre), lo mismo que la generación de energía eléctrica (-0.3%) y la industria de la construcción (-1.7%) Sólo el sector manufacturero cerró el año pasado con un crecimiento de alrededor del 3.2%, consolidándose como uno de los componentes más dinámicos de la actividad económica nacional.
Por tanto, los asuntos internos que demandan atención inmediata para mejorar las bases del desarrollo y dotar al crecimiento de la consistencia necesaria para ser más dinámico, incluyente y balanceado son consolidar la operación de las cadenas de valor que se han formado alrededor de la actividad exportadora; no descuidar la sustitución competitiva de productos importados; impulsar la competitividad de las Pymes para incrementar el contenido nacional a la oferta exportable y fortalecer su capacidad generadora de empleos estables y cada vez mejor remunerados.
Así como, reactivar la inversión por medio de la transparencia en las licitaciones y compras gubernamentales en los tres niveles de gobierno, y profundizando el desmantelamiento de los procedimientos burocráticos aún vigentes; y evitar el resurgimiento de presiones inflacionarias asociadas al encarecimiento de insumos con impacto directo sobre los costos empresariales, tales como las tarifas eléctricas.
La CONCAMIN refirió que los factores de impulso para el crecimiento económico consideran la mejora de la economía mundial, particularmente la estadounidense, cuyo crecimiento esperado impulsará el aumento de los pedidos de productos de exportación mexicanos. El fortalecimiento del sector exportador mexicano, sobre todo las ventas de productos industriales. La consolidación de la industria manufacturera como uno de los componentes más dinámicos de la actividad económica nacional. La conclusión exitosa del proceso modernizador del TLCAN.
En tanto, el impacto de la inseguridad sobre planes de expansión, costos de operación y nuevos proyectos de inversión es uno de los factores de riesgo para el crecimiento económico que impactarán las decisiones de inversión y el avance de la economía del país.
“Así, tomando en cuenta el ambiente económico internacional, el desempeño mostrado por la economía mexicana, sus fortalezas y desafíos, metas y tareas pendientes, podemos anticipar” que en 2018 y por octavo año consecutivo la economía mexicana crecerá en un ambiente de estabilidad macroeconómica entre 2 y 2.3%; y que a diferencia de la caída registrada en 2017, el sector industrial cerrará este año con un avance que oscilará entre 0.5 y 1%. Su reactivación se apoyará fundamentalmente en el crecimiento de la actividad manufacturera”, consideró la confederación de industriales.