Según informa El Sudcaliforniano, algunas fuentes que pidieron resguardar su identidad, comunicaron que por este servicio cada ferry estaría pagando hasta US$2,08 millones al año, lo que necesariamente tendría que repercutir en las tarifas de los clientes, debido a que no hay naviera que pueda solventar el costo.
La ley contempla la obligatoriedad en el uso de remolcadores sólo en los barcos que transportan carga peligrosa, tales como hidrocarburos, entre otros. Pero esta norma no aplica para los de carga y pasaje, como pretende el gobierno federal.
Desde 2002 y 2003, los remolcadores operan en Topolobampo y Mazatlán. Inicialmente las tarifas eran bastante accesibles, pero en la actualidad han llegado hasta los US$1,04 millones al año por un barco, y US$2,08 millones en el caso de que se ocupen dos enmarcaciones de este tipo.
Empresarios y funcionarios han solicitado la opinión de la Dirección General de Marina Mercante de la SCT, aunque aún no lo ha emitido.
Cruceros manifiestan su rechazo
Los cruceros turísticos también se oponen al uso obligatorio de remolcadores debido a que su tecnología de navegación es tan moderna que no requiere de este tipo de motonaves, muy por el contrario, puede llegar a ser peligrosa. Si bien se utiliza en algunos puertos del mundo, está en proceso de desaparición.
Por su parte, Neil Schoyer, empresario naviero, extitular de la API-BCS e integrante de la Emprhotur, aseguró que “llevamos más de 50 años de desarrollo portuario sin ningún accidente ni en transbordadores ni en cruceros”.
Paralelamente, las navieras ya han enviado una carta, explicando que para atracar no ocupan remolcadores.