El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) afecta directamente la vida de los trabajadores mexicanos en cuestiones de salarios, ingreso per cápita, etc. Todos estos temas han sido tratados en las mesas de negociaciones y han mostrado la enorme brecha económica que hay entre Estados Unidos, Canadá y México.
Ahora que hay una renegociación del TLCAN, ¿Habrá un mejor futuro para las y los trabajadores de México?
Las criticables condiciones laborales en México
El 4 de septiembre pasado, durante las negociaciones del Tratado de Libre Comercio, los representantes canadienses sacaron el tema de los salarios mexicanos a la mesa: sindicalistas canadienses argumentaron que, si México no está de acuerdo con tener mejores estándares laborales, el TLCAN debería ser desechado. Por otro lado, los empresarios mexicanos argumentaron que cada país es el que define los derechos laborales de su país.
Al mismo tiempo, los líderes sindicales tanto de Canadá como de Estados Unidos argumentan que México tiene beneficios con corporaciones (a expensas de los trabajadores estadounidenses y canadienses) gracias a lo laxos que son los derechos laborales en México. Un líder sindical canadiense afirmó que el TLCAN fue un: “pésimo acuerdo comercial para la clase trabajadora”. Bosco de la Vega, presidente del Consejo Nacional Agropecuario de México, dijo que se debe buscar un mayor crecimiento en la región por medio del comercio y no interviniendo en los mercados laborales. Afirmó:
México no puede meterse en el tema laboral de Estados Unidos, de Canadá. Lo mismo pedimos: que no se metan en estos temas
Entrevistamos a Guillermo Farfán, Doctor en economía y profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México y nos habló sobre algunos de los posibles escenarios a los que se enfrenta el país con la renegociación del Tratado de Libre Comercio.
Renegociar el TLCAN: oportunidad para los trabajadores
Guillermo Farfán (GF): […] Una de las ventajas competitivas y comparativas, en este país y en el TLC, son los salarios; es decir, los salarios bajos de los trabajadores mexicanos en las maquiladoras y en las empresas exportadoras respecto a los salarios en Estados Unidos. […]
Sebastián González de León (SG): ¿Es necesario renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte?
GF: Sí. Es inevitable, porque Estados Unidos lo ha condicionado para mantener estos términos de intercambio […]. Aún así, Estados Unidos podría establecer ciertas restricciones y medidas proteccionistas. Pero también ahí es conveniente porque es una oportunidad para que México pueda revisar este tratado que no ha funcionado bien. No se ha generado un mayor encadenamiento en la integración de la industria nacional con la industria transnacional para las empresas exportadoras y con las empresas que tuvieron la producción de insumos y partes intermedias. Sería una oportunidad para que se revise el problema de las asimetrías en las condiciones laborales y salariales de los trabajadores mexicanos respecto a los trabajadores de Estados Unidos. En ese sentido, yo pienso que sí es necesario. Hay una oportunidad que debe aprovechar México para revisar algunas de las bases de su modelo económico.
SG: ¿Qué cuestiones deberían cambiarse? ¿Cuál sería la mejor situación en la renegociación del TLC?
GF: En las condiciones actuales, México va a tratar de mantener al máximo la estructura del TLC porque le da resultados favorables. Pero Estados Unidos no lo va a permitir. Estados Unidos va a buscar una negociación en la que se equilibre la balanza comercial; se busca el superávit de nuestro país con los Estados Unidos, y para ello se van a tener que revisar diversos aspectos estructurales. Por ejemplo, el tema de los salarios tan bajos de los trabajadores mexicanos, las condiciones de seguridad y del entorno de las empresas, incluyendo el aspecto ambiental –que es uno de los incentivos que atraen a las empresas extranjeras a nuestro país. Aquí las regulaciones y las restricciones laborales no son tan importantes como en Estados Unidos. Ellos tienen ciertos estándares ambientales [y] laborales que reducen esa ventaja comparativa respecto a México.
El mejoramiento de las condiciones laborales y ambientales es algo que en el corto plazo puede causar problemas para este país, pero en el mediano y largo plazo puede ser algo beneficioso para buscar el desarrollo de otras ventajas competitivas por el lado de la innovación tecnológica y no tanto por el deterioro de las condiciones laborales. Ese es un terreno muy importante.
El otro [tema] que Estados Unidos va a utilizar en la negociación es el de las reglas de origen. Si tú ves cómo se da el comercio internacional en la actualidad (no sólo en México, sino en todo el mundo), el comercio más importante es el que se denomina “Intrafirmas”: un comercio entre distintas filiales de empresas transnacionales (en este caso, las que están establecidas en nuestro país y que importan enormes volúmenes de mercancías e insumos de sus filiales en otras partes del mundo). Eso permite que las empresas establecidas en México exporten bienes terminados a los Estados Unidos como si hubieran sido producidos aquí. Pero, en realidad, estos productos conllevan un componente de importación muy elevado. Y yo creo que eso lo va a cambiar Estados Unidos en la renegociación.
Por eso, se tiene que aumentar el porcentaje de productos elaborados en México por empresas establecidas en México en vez de utilizar los productos elaborados por las filiales de las empresas. El hecho de que las empresas mexicanas comiencen a articularse y eslabonarse con las empresas exportadoras se podrá cotizar en el mediano y largo plazo. Y sería, me parece a mí, más adecuado para un desarrollo equitativo en nuestro país.
SG: ¿Cuál podría ser el peor escenario de la renegociación? ¿Qué es lo que más afectaría a México?
GF: Obviamente, el peor final es que termine el tratado de libre comercio. México tiene que hacer todo lo posible para no tener ese final. Sin embargo, creo que si descartamos esa posibilidad, la peor situación para México sería seguir con la estructura actual del TLC sin las ventajas que tiene. Es esta estructura la que le da a México su posición laboral única en términos de salario y de trabajo. También permite atraer inversiones extranjeras que están utilizando a nuestro país simplemente como una plataforma para llegar al mercado de los Estados Unidos sin generar un encadenamiento para llevarlo a las empresas mexicanas y sin generar una convergencia debida de los trabajadores de los dos países. Yo creo que ese es el peor escenario, mantener las cosas como están sin las ventajas comparativas que tiene nuestro país.
Finalmente, Guillermo Farfán agregó:
GF: Hay que tener en cuenta que hay ciertos elementos generales que se van a negociar y que no estoy comentando. Pero hay también una dimensión microeconómica muy particular. Porque no sólo estamos hablando de bienes manufacturados. Hay muchos sectores económicos que van a tener que entrar en esta renegociación; los productos del campo son diferentes a los de la industria manufacturera. Y además, ahora, como se ha mencionado, todos los diferentes aspectos como el comercio electrónico que no estaba originalmente considerados en el TLC son algo muy importante para nuestro país.
También, algo que puede dar lugar a una renegociación difícil es una petición de Estados Unidos de que los países que forman parte del TLC no puedan modificar de manera unilateral el valor de su moneda. Esto es más común en las uniones aduaneras que en los tratados comerciales, que adoptan aranceles y tipos de cambio más o menos comunes entre todos los socios. En el caso de los tratados de libre comercio el tipo de cambio nunca ha sido sujeto de negociación y aquí estaría en juego, en el sentido de que un país no pueda depreciar su moneda para obtener beneficios del comercio exterior […] Aún cuando estamos por debajo de 18 pesos por dólar, no deja de ser una depreciación importante respecto a los niveles que tendremos en procesos anteriores y eso le da mucha competitividad a las exportaciones mexicanas. Entonces son aspectos particulares que hay que tratar de manera particular.