Ciudad de México— Con la eliminación de papelería física en el despacho aduanero, los operadores de comercio exterior ahorrarán hasta 30 por ciento en costos.
Además reducirán el tiempo destinado a trámites, según la reforma propuesta a la Ley Aduanera.
La modificación, que está ahora a discusión en la Cámara de Diputados, pretende eliminar toda los papeles usados actualmente, como pedimentos de importación, avisos o exportación o formas para captura de pago, y utilizar solamente medios electrónicos para transmitir toda la información requerida para el despacho de mercancías.
La intención es que estos documentos sean transmitidos mediante códigos de barras, archivos en pdf y otros mecanismos automatizados.
“En lugar de cargar con la papelería, ahora los cargamentos contarán con chips y códigos de barras y QR, y las autoridades contarán con scanners y dispositivos móviles portátiles, así como exclusas automatizadas, donde se pueda leer la información y no sea necesario incluir impresiones ni otros papeles”, explicó Felipe González, presidente de la Confederación Latinoamericana de Agentes Aduanales (CLAA).
Al asentar estos procedimientos en la ley, la autoridad intenta solidificar los esfuerzos de modernización aduanera que ya tienen tiempo haciéndose en la operación cotidiana.
En general, González califica a la propuesta como una solución a algunos problemas, pero que parece que tiene detalles que será necesario revisar a profundidad antes que llegue a su votación.
“Esta reforma está cubriendo vacíos de la autoridad, algunas son para subsanar cuestiones que quedaron en la ley, otros son para hacer más fácil los procesos de comercio exterior y que valdrá la pena utilizar”, indicó.
Uno de los detalles que incluye la propuesta, que no será conductivo a mayor competitividad, será que se reducirán los días que las mercancías pueden estar en almacenes fiscales sin pagar.
Actualmente, este tiempo es de cinco días, y la intención con la medida es estimular a que el despacho aduanero se agilice pero el presidente de CLAA explicó que, en ocasiones, la mercancía no sale más rápido por causas ajenas a los importadores.
“El que corten los días no quiere decir que se va a despachar más rápido. Especialmente en tráfico marítimo, las consolidadoras de carga a veces tardan hasta tres días en entregar una carga, que son los que tendrá el importador sin tener que pagar adicional.
“El modificar este plazo generará un costo adicional para los importadores que al final se trasladará a los consumidores finales”, indicó.