El “Algeciras”, de acuerdo a un artículo de El Tiempo, fue el tercer buque de grandes dimensiones que tras cruzar las nuevas esclusas del Canal de Panamá recaló en Aguadulce, terminal que inició sus operaciones el 27 de noviembre, después de cinco años de obras y tras superar bloqueos, consultas previas con comunidades y controvertidas decisiones contra la apertura del terminal.
La Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), la ratificó en 2007 la concesión de la construcción y operación de la obra a la Sociedad Puerto Industrial Aguadulce (SPIA).
El terminal cubre 128 hectáreas, posee un muelle de 600 metros de longitud que permite el atraque de dos buques de gran tamaño de forma simultánea. Compite en la bahía con fuertes operadores de contenedores como la Sociedad Portuaria de Buenaventura (SPB) y el terminal de Contenedores (TCB) y pretende elevar el tránsito portuario en la zona.
Cabe consignar que por la bahía de Buenaventura- donde operan ocho concesiones– se movilizaron el año pasado 15,8 millones de toneladas de carga. Este año, entre enero y septiembre, se movieron 12,7 millones, según la Superintendencia de Puertos y Transporte.
Los tres grandes buques arribados pertenecen a MSC, que con Aguadulce cuenta con un aliado estratégico, cuyos principales inversionistas son: PSA International de Singapur e International Container Terminal Services Inc. de Filipinas (Ictsi).
El terminal continuará recibiendo los grandes buques cada semana. De acuerdo con la ANI, Aguadulce tendrá capacidad para movilizar anualmente, en los primeros años, 600.000 TEUs.
Actualmente se desempeñan en las instalaciones 224 personas, quienes están a cargo de la movilización de la carga. “Aquí se planea el trabajo con anticipación, con sistemas, para hacer en el menor tiempo posible 3.000 o más movimientos que se requieran en la operación, sin que haya desbalance del buque”, explicó un técnico del terminal.
Equipamiento
El puerto cuenta 4 grúas Súper Post-Panamax y 10 grúas de patio. La posición de los contenedores en los patios se rastrea por GPS (Sistema de Posicionamiento Global Satelital) y se emplean elevadores, bandas transportadoras encapsuladas, cargadores automáticos.
Las bodegas de almacenamiento están fabricadas con materiales aislantes y acondicionadas para conservar alimentos. Son modulares para ampliarlas según los volúmenes de carga que necesiten almacenar. Sus puertas suben y bajan automáticamente y disponen de sensores para bloquear movimientos, en caso de peligro.
El área de bodegas ocupará 10.000 metros cuadrados. Ahora funcionan solo 3.500, donde se recibe y embala café, azúcar y otros. Se prevé que antes de fin de año, ya funcionarán las tres grandes bodegas previstas para almacenar en una café, en otra carga general y en la tercera azúcar.
El puerto también a instalando tres escáneres no intrusivos, que examinarán los contenedores con rayos X.
Cabe señalar además que Aguadulce, como contraprestación por la concesión deberá pagarle al Estado, inicialmente, US$1.424.303, 80% para la Nación y 20% restante, para Buenaventura.
Gerente de Aguadulce
Como “absolutamente positivo”, califica Miguel Abisambra, gerente del puerto de Aguadulce, la operación de los primeros tres grandes buques: “están los hechos, números de la operación, indicadores desde los movimientos por hora en la operación de los buques hasta los menores tiempos conseguidos en la atención para carga y descarga de los camiones, por ejemplo, lo cual es de suma importancia para los transportadores. Hemos tenido un gran reconocimiento por los altos niveles de productividad obtenidos”.
Afirmó además que Aguadulce “es un puerto de última generación con tecnologías de punta en equipos, sistemas de información, entrenamiento, procesos; con las mejores prácticas de la industria a nivel internacional. Es un puerto concebido y diseñado desde cero, con la oportunidad de hacerlo a la medida de las necesidades del comercio exterior colombiano y mirando el futuro, para recibir los grandes buques de carga del mundo, lo cual significa competitividad para el país, teniendo acceso a mejores fletes y costos de transporte”.
El ejecutivo precisó además que en la zona de concesión se han invertido US$322 millones y en áreas privadas más de US$200 millones adicionales. Agregó que en cuanto a la construcción, “debemos terminar la fase 1 durante el primer trimestre (2017), ampliando la capacidad con la que iniciamos a finales de noviembre”.
Afirmó finalmente que la meta es “Terminar de construir la primera fase e ir consolidando nuestras operaciones, ofreciendo el mayor nivel de servicio y productividad”.