Por primera vez en un acuerdo comercial, el T-MEC estipula una cláusula laboral única en su tipo, que entre el 40% y el 45% del contenido automotriz de América del Norte debe realizarse por trabajadores que ganen al menos 16 por hora, como condición para que los automóviles crucen con arancel cero en la región.
También innova un mecanismo de revisión con un horizonte de planeación de largo plazo.
La cláusula establece una vigencia del tratado sistemáticamente prorrogable de 16 años. En el año sexto a partir de la entrada en vigor, las partes podrán manifestar su intención de extender la vigencia del acuerdo por 16 años más.
En caso de no manifestar su intención de prorrogar el acuerdo, se harán revisiones anuales con objeto de obtener dicha confirmación, en ese escenario el acuerdo se renovaría por 16 años adicionales. El acuerdo terminaría al año 16, en el caso de que al cumplirse ese plazo, no se haya obtenido la manifestación de todas las Partes respecto a la extensión del acuerdo.
En otra particularidad a nivel mundial, el T-MEC regula la posibilidad de que alguno de sus integrantes firme un Tratado de Libre Comercio (TLC) con naciones que no tengan una economía de libre mercado, como es el caso de China.
“La entrada de cualquiera de las partes en un acuerdo de libre comercio con un país que no sea de mercado, permitirá a las otras partes rescindir este acuerdo (T-MEC) con un preaviso de seis meses y reemplazarlo con un acuerdo entre ellos (acuerdo bilateral).
“El acuerdo bilateral comprenderá todas las disposiciones de este Acuerdo, excepto aquellas que las partes pertinentes decidan que no son aplicables entre ellas”, dice en el apartado 10 del Capítulo 32.
En una última vertiente, el T-MEC buscó, por primera vez en las negociaciones comerciales, reducir el déficit comercial de Estados Unidos con sus dos vecinos, entre otros objetivos específicos.
Los objetivos de Estados Unidos parecían tratar de “reequilibrar los beneficios” del acuerdo, haciéndose eco de las declaraciones del presidente Donald Trump de que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) ha sido un “desastre” y el “peor acuerdo jamás negociado”.
Al mismo tiempo, el capítulo de telecomunicaciones del T-MEC sería el primer TLC de Estados Unidos en cubrir a los proveedores de servicios móviles.
Su antecesor, el TLCAN, fue igualmente disruptivo. Cuando entró en vigor el 1 de enero de 1994 fue el primer TLC entre los dos países ricos y un país de bajos ingresos y porque incluyó compromisos de liberalización comercial que abrieron el camino en el establecimiento de nuevas reglas para futuros acuerdos comerciales sobre cuestiones importante para los Estados Unidos.
Por ejemplo, el TLCAN fue el primer TLC de Estados Unidos que incluyó disposiciones de protección de derechos de propiedad intelectual y marcó, también por primera ocasión, que las disposiciones laborales y ambientales se asociaron con un acuerdo comercial.
*Fuente: http://www.portum.mx/