Sin lugar a dudas es una buena noticia el fortalecimiento del peso luego de que México y Estados Unidos alcanzaran acuerdos que eliminaron las amenazas del presidente de nuestro vecino del norte respecto a imponer aranceles de 5% a todos los productos provenientes de México, tasa que se incrementaría paulatinamente hasta 25% en octubre. La verdad es que se evitó un duro golpe para la economía mexicana, pero también repercusiones en Estados Unidos.
Esta fortaleza del peso dará cierto respiro y margen de maniobra, aunque no en exceso, la verdad es que nuestra moneda parece haber entrado en una etapa de volatilidad extrema que podría causar muchos dolores de cabeza también a la economía.
En una semana el peso mexicano pasó de cotizar en 19.90 como punto máximo en el llamado mercado interbancario, a casi 19 pesos como punto mínimo. La volatilidad extrema no es sana para ninguna divisa y el peso no es la excepción.
La diferencia de algunos centavos pareciera insignificante, lo es para quienes no operamos en dólares ni tenemos necesidad de utilizar dicha moneda por cuestiones profesionales; sin embargo, esos pocos centavos significan muchos millones de pesos o de dólares para quienes sí operan en los mercados, ya sean profesionales personas físicas y/o empresas.
Estos son algunos apuntes para comprender la extrema volatilidad de la moneda en las semanas recientes, y los efectos previsibles:
1) Del piso al techo, algo malo hay: Cuando una moneda se aprecia y deprecia en extremo durante unos cuantos días es una mala señal, algo sucede con su economía. Claramente en este caso la noticia sobre posibles aranceles de parte de Estados Unidos a las exportaciones mexicanas fue lo que movió al peso así, pero faltaría saber si con los acuerdos se acabó el problema y el peso retomará una tendencia de apreciación, o cuando menos de estabilidad.
2) La respuesta es probablemente no. La semana pasada fue un periodo de mucha incertidumbre, a la probabilidad de los aranceles se añadió la baja en la calificación de Pemex y los problemas legalesque enfrenta la construcción del aeropuerto de Santa Lucía, por señalar algunas de las cosas más relevantes; así, aunque un factor se desactivó lo cierto es que sigue activos otros más con potencial para afectar a la economía en determinado momento. Sin olvidarnos tampoco del grave problema de inseguridad.
3) Pero tampoco podemos olvidarnos del factor político externo, concretamente el de Estados Unidos. A finales de mes el actual presidente estadounidense Donald Trump estará en campaña oficial, no dudará en atacar nuevamente con el tema de México en su agenda, eso le pegará al peso sin lugar a dudas. A partir del viernes 31 de mayo, cuando Trump amenazó con aranceles a México, queda claro que la incertidumbre será el distintivo por un largo tiempo.
4) Incertidumbre fomenta especulación: La incertidumbre abre la puerta a la especulación, es una regla de los mercados y de la economía, se aplica perfecto a los tipos de cambio. Así, mientras dure la incertidumbre por el factor Trump, el peso estará siempre bajo la amenaza de movimientos extremos.
5) Las expectativas se mantienen, no obstante, la recuperación del peso: Los escenarios negativos que se han formado en los últimos meses y semanas no se modificarán de la noche a la mañana. Estas expectativas negativas se han alimentado de diversos factores analizados a lo largo del tiempo, léase expectativa de PIB, de tasas, inflación, endeudamiento, situación de Pemex, por señalar algunas. Por lo tanto, el peso seguirá bajo la incertidumbre que se ha generado con estas cifras, datos y proyecciones.
Por supuesto, todavía estamos lejos de los tiempos en los que el peso era golpeado inmisericordemente, hoy vivimos una era muy diferente. Sin embargo, es importante ser realistas para no ser sorprendidos por los ajustes cambiarios que sucederán sí o sí.
