Así lo señaló, Octavio de la Torre de Stéffano, presidente de TLC Asociados, al mencionar los datos más recientes emitidos por el INEGI, en su informe mensual de la balanza comercial, que subrayan una disminución de 7.8% a tasa anual de las importaciones que realizó México, siendo la mayor caída desde julio de 2016.

“Con este dato, México cerró el mes con un superávit comercial de 2,561 millones de dólares, lo que nos da un panorama de cómo está el comercio exterior del país”, expresó el abogado fiscalista.

Esta contracción, explicó, fue generalizada en todos sus componentes como es el caso de los bienes de consumo: no petroleros, como alimentos o bienes duraderos (5.7%) y los petroleros (9.7%), como la gasolina y el gas butano y propano.

En el caso de los bienes de uso intermedio, indicó, que son aquellos que se emplean para ser transformados o incorporados a la producción de otros bienes, registraron un saldo negativo de 6.2% en comparación de junio de 2018.

En tanto que las compras de bienes de capital, es decir, (productos que ya están preparados para producir o para consumir, se redujeron 21.2% anual, recalcó, lo cual se considera un mal augurio para la actividad económica del país.

Por otra parte, en junio México registró exportaciones de productos por un valor de 37 mil 949 millones de dólares, un alza de 1.2%, pero fue el segundo menor monto en medio año, mencionó el especialista en comercio exterior.

“Durante el último mes del primer semestre del año, las exportaciones desaceleraron a una tasa de 1.2% anual, cifra inferior al 6.7% registrado durante el mes previo, esto en un contexto de tensiones comerciales entre México y Estados Unidos, ante la amenaza de Donald Trump de imponer aranceles a todas las exportaciones mexicanas”, apuntó.