Vinícolas como Hacienda Guadalupe han respondido a los desafíos con la adquisición de equipamiento de vanguardia para mayor control en los procesos de producción y elevar los estándares de calidad para satisfacer paladares mexicanos cada vez más educados.
“El mercado ha cambiado, de los últimos 5 y 10 años hacia acá hemos ido evolucionando muy rápido”, describió Daniel Sánchez Oliveros, director general de Hacienda Guadalupe, empresa que combina la oferta de hospedaje, gastronomía y vinos en el Valle de Guadalupe.
Para Daniel Sánchez, una de las principales diferencias del mercado se deriva del consumo promedio de vino en México: en los últimos 5 años, pasó de 450 a 950 mililitros per cápita, de acuerdo a datos del Consejo Mexicano Vitivinícola.
El incremento en el consumo promedio anual no sólo se refleja en el aspecto cuantitativo de la producción, sino también en el cualitativo, pues ahora la industria se encuentra ante un consumidor que evoluciona en sus gustos.
“Eso nos ha llevado a reformarnos, actualizarnos en la manera de hacer el vino”, expuso el director de Hacienda Guadalupe, quien define los vinos que producen desde 2009 como “fáciles de consumir”.
Las nuevas exigencias del mercado llevaron a la vinícola de Hacienda Guadalupe a la creación de una línea de monovarietales, que nombraron Melchum, y está integrada por tres vinos producidos al 100 por ciento con tempranillo, merlot y cabernet sauvignon.
“El vino fue diseñado para el consumidor mexicano, que a la vez su paladar se va educando a buscar vinos con diferentes estilos, el estilo de un vino más robusto, con más cuerpo, vinos que necesitan acompañarse con alimentos, esa es la tendencia del consumidor en México, para eso fueron diseñados estos vinos”, mencionó Sánchez Oliveros.
Exportación a California
Con una producción promedio de 2 mil 400 cajas al año, Hacienda Guadalupe apuesta a la exportación de sus vinos a California, Estados Unidos, un mercado que se caracteriza por tener consumidores de vino con más experiencia.
La aceptación de sus vinos tanto por los estadounidenses como por mexicoamericanos, orilló nuevamente a la vinícola a diversificar sus productos con la creación de etiquetas exclusivamente para exportarlas a California, su principal mercado fuera de México.
“El consumidor estadounidense está acostumbrado a vinos más robustos, como los que hacen en Napa (Valley) o Paso Robles, entonces estamos diseñando etiquetas exclusivas para exportar a California. Es una industria cambiante, nos tenemos que poner al día muy rápido”, comentó el productor.
Crecimiento gradual
Tras la inauguración en mayo de este año de un nuevo edificio que concentra bodega, sala de degustación y terraza, Hacienda Guadalupe se propuso aumentar su producción hasta las 5 mil cajas en los próximos siete años.
“Nuestra filosofía es que nuestra marca se dé a conocer por la calidad a precios razonables, a precios muy acordes al producto que vendemos”, apuntó Daniel Sánchez, sin dejar de lado que el crecimiento también está condicionado por la disponibilidad del agua.
Ante la escasez del líquido en Valle de Guadalupe, comentó, los productores de uva de valles como San Vicente, Santo Tomás y Ojos Negros, están destinando más superficie a viñedos, una alternativa que se vería reflejada en los próximos 5 años.
Hacienda Guadalupe produce el 40 por ciento de sus vinos con uva producida en su viñedo y el resto la adquiere en San Vicente.
“Para crecer en la producción de vino necesitamos plantar más viñedos y para plantar más viñedos necesitamos más agua, entonces estamos en esa disyuntiva y ese gran reto. Se ven soluciones a mediano y largo plazo pero en este momento el reto más grande es que tenemos que ver la manera de seguir aumentando nuestras producciones como casas vinícolas”, concluyó.