“Nuestra primera tienda en México en integrar una barra de café inmersiva de Starbucks Reserve™ nos permite dar el siguiente paso en la cultura del café que veníamos promoviendo hasta ahora, al difuminar los límites de la innovación y crear nuevos momentos de conexión alrededor del café”, señaló Christian Gurria, director general de Starbucks México.
La primera Starbucks Reserve™ Bar en México será operada por un grupo de baristas que se han ganado el título Starbucks de “Coffee Masters”, expertos en café que guiarán a cada persona a través de un viaje constante por diferentes regiones cafetaleras.
Desde hace casi 30 años, Starbucks ha mantenido un fuerte vínculo con los productores de café en México, pero en esta ocasión lo ha querido reforzar.
Recientemente presentó su primer grano premium y de origen único de Oaxaca, Starbucks Reserve™ México Oaxaca La Pluma, que estará presente en su primera Reserve™ Bar en México, la primera tienda de este formato en un país productor de café.
Oaxaca es uno de las regiones cafeteras más antiguas de México, desde el siglo XIX, y la comunidad de Pluma Hidalgo se encuentra en el centro de esta zona. Debido a su agricultura sostenible y los procesos de café artesanal desarrollados en esta comunidad, el café cultivado en esta región es reconocido como uno de los de mayor calidad.
El diseño jugó un papel crucial en el desarrollo de la primera Starbucks Reserve™ Bar en México. El equipo de diseño de Starbucks Latinoamérica pasó un año planificando la mejor forma de rendir un homenaje a la cultura mexicana y su importancia en el mundo del café, sin perder su conexión con la Starbucks Reserve Roastery en Seattle.
Al fondo de la tienda, se puede admirar un mural creado por el artista mexicano, Edgar Saner, en el que se utilizan tonos cálidos simbolizando las sensaciones que las personas tienen cuando beben un sorbo de café, “y el homenaje no es sólo a la bebida, sino a todo su proceso, desde la siembra hasta el recorrido que sigue el grano para llegar a nuestro paladar”, dijo Edgar Saner.
Este mural se fusiona con su entorno, se une a cada mueble hecho por artesanos mexicanos con materiales locales como madera de nogal y encino mexicano, y elementos de barro negro de San Bartolo Coyotepec, Oaxaca.
También se observa una cortina de cuentas de chaquira, hecha por la comunidad otomí de Xochimilco de Pahuatlán, Puebla, y una lámpara de madera de teja de la comunidad de Tequisquiapan, Querétaro. El interior cuenta con sillones otomanos tejidos a mano, diseñados especialmente para esta nueva tienda, realizados a base de fibra de tule con un diseño multifacético con decoraciones de listones morados.
