A continuación, una relación de las preguntas más frecuentes sobre este eventual escenario: 1) ¿Se acabaría el comercio con Estados Unidos y Canadá? En lo absoluto. Seguiría vigente el actual TLC. La relación comercial con ambas naciones no tendría el mismo dinamismo, pero no fenecería. La no votación o posposición del T-MEC en la Unión Americana no implica la extinción del actual TLC. Para muchos, inclusive, es mejor el tratado actual que el inminente T-MEC, por las aristas proteccionistas de este último a favor de Estados Unidos. 2) ¿Se puede retirar unilateralmente EU? Sí, como una medida política para atraer votantes norteamericanos anti-TLC. Sin embargo, las probabilidades son muy bajas. Sería el suicidio económico para el vecino del norte. Incluso en este hipotético y extremo caso, México seguiría comerciando con Canadá y los países de la Cuenca del Pacífico, al amparo del TPP. Más aún, quedaría libre para fortalecer el comercio y las inversiones con China, la potencia mundial emergente, que al amparo del T-MEC se verán restringidas. 3) ¿Por qué se ha retrasado la aprobación del T-MEC en el Congreso estadunidense? Por la coyuntura electoral del martes 3 de noviembre del próximo año, cuando se elegirán presidente, 34 senadores, la totalidad de la Cámara de Representantes (435) y 13 gobernadores. Tanto demócratas como republicanos buscan acreditar que gracias a ellos se aprobó el acuerdo, y que las demandas de sus bases electorales fueron bien atendidas. Por ejemplo, los primeros impulsan las peticiones restrictivas de las centrales obreras, mientras que los segundos, las exigencias proteccionistas de los industriales del acero y el aluminio. Esto explica los jaloneos de última hora de unos y otros, para introducir nuevos planteamientos a un tratado que ya parecía acordado y consensuado por EU. 4) ¿Qué aspectos del T-MEC se buscaron revisar de última hora? Fueron por lo menos cuatro puntos: revisión de las cuotas de origen en aluminio y acero (70 % de contenido estadunidense en automóviles); la presencia en México de inspectores laborales de ese país; aspectos de medio ambiente y comercio electrónico. 5) ¿Cómo impactaría a la economía mexicana el aplazamiento del T-MEC? Dependería de la estrategia de “control de daños”, la cual involucraría por lo menos tres factores: cuidar la estabilidad macroeconómica del país; el incremento de la inversión nacional y extranjera en áreas estratégicas (infraestructura, energía, carreteras, campo, etcétera) y la diversificación del comercio exterior con las economías emergentes en Europa y Asia. La lección que nos deja este episodio es que México no debe poner todos los huevos en una sola canasta, siendo inaplazables la diversificación de nuestro comercio exterior y el fortalecimiento del mercado interno. Solo así sortearemos sustos y chantajes en el futuro.
*Fuente: https://www.milenio.com