Pachuca, Hidalgo.- El 54.7 por ciento de las exportaciones en la zona metropolitana del Valle de Tulancingo, en 2014, derivaron del sector textil y, además, muebles, seguido de químicos y plásticos (15.5), vegetales, alimentos y madera (14.9). El panorama no ha cambiado este año.
En este 2018, Tulancingo ocupa el quinto lugar en exportaciones, después de Tizayuca, Pachuca, Mineral de la Reforma y Tepeapulco; Cuautepec está en el lugar 16 y Singuilucan en el 17. Santiago Tulantepec en el 25 de un total de 36 demarcaciones que envían sus productos a 11 destinos.
De acuerdo con el Atlas de Complejidad Económica de la Secretaría de Economía (SE), los productos que más se exportaron fueron: tejidos de lana cardada (38.1 por ciento), seguido de tubos de plástico (8.9) y tejidos de lana peinada (7.8).
Mención aparte los productos del campo que rebasan fronteras, como el brócoli y el jitomate de Tulancingo, este último, desde 2015 llega a Estados Unidos, Canadá y Centroamérica. Se mantiene la producción de manera constante hasta noviembre.
En partes ejidales y de pequeña propiedad se ubican en: Ejido Tulancingo, Acocul La Palma, Jaltepec, Mimila, así como Santa Ana Hueytlalpan, Laguna del Cerrito, entre otros. Superan las 60 hectáreas con agricultura protegida.
Con la productividad, se logra un rendimiento promedio de 300 toneladas (por hectárea) en la variedad saladet y de 350 a 400 hectáreas en la variedad “bola”.
En tanto, en febrero de este año comenzó la producción de brócoli a Texas, en la Unión Americana. Y por ciclo con riego tecnificado, 30 toneladas, es decir, 60 al año por parte de productores de Santa Ana Hueytlalpan.
Entre los principales sectores que seguirían impulsándose con base en las capacidades y conocimientos existentes por sus productos potenciales a desarrollar —según la SE— son: maquinaria, metales, químicos y plásticos, textiles y muebles, vegetales, alimentos y madera.
Aunado a productos potenciales a desarrollar: Artículos para la construcción de plástico; Agentes de limpieza orgánicos; Tapones, tapas y cápsulas para botellas de metal común; Fieltro; Recipientes de aluminio, barras de hierro o acero sin alear; Pinturas y barnices non-acuosos; Contadores de gas, líquido o electricidad y brújulas.
