Se espera que en este año se importen alrededor de 35 toneladas de semillas de Nicaragua y Costa Rica de la variedad marsellesa y de la que se conoce como salchimor, proveniente de Guatemala, las cuales ya son usadas por los productores de dichos países, de acuerdo con Rosalío López, investigador de café del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP).
Para la compra y traslado de estas semillas se calcula una inversión aproximada de 11.5 millones de pesos anualmente que se empezaría aplicar este mismo año y hasta 2018, cuando probablemente el País ya contaría con el suficiente material plantado para tener buenas cosechas, por lo que se podría prescindir de las importaciones, refirió López.
También estará disponible la semilla oro azteca, desarrollada por el INIFAP y de la que se espera contar con cinco toneladas para este año.
El uso de estas variedades en el País, en general, es una respuesta positiva ante el problema de la roya, aunque no todos los productores concuerden con ello, expresó Gabriel Barreda, presidente de la Unión Nacional de Productores de Café (UNPCafé) de la Confederación Nacional Campesina (CNC).
“Algunos productores, efectivamente sí tienen sus dudas, pero yo considero que no había de otra y se tuvo que tomar esta medida. Una medida importante y fuerte para adquirir la semilla e iniciar el proyecto de producción de planta tolerante a la roya”, dijo Barreda.
Se prevé que cuando la semilla germine se pueda obtener la planta a finales de mayo con posibilidades de transplantarla a la zona de cafetales en octubre, por lo que en 2019 podrían comenzar a producir pequeñas cantidades de café cereza -fruto de donde se obtendrán los granos de café-, detalló López.
Sin embargo, se espera que para 2020 se conseguirán entre siete y ocho toneladas de café cereza por hectárea. Actualmente, se obtienen en promedio a nivel nacional entre 750 kilos y 1.2 toneladas por hectárea, derivado de la roya y la edad de los cafetales, abundó López.
“Habría que renovarlos (cafetales) por dos motivos: por la presencia de roya y porque ya están con muy bajas densidades (número de arbustos por hectárea) y algunos cafetales datan de hace 70 años”, dijo López.
Consideró que en México alrededor de los 20 años los cafetales ya empiezan a entrar a su etapa de envejecimiento.
