La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) realizó una evaluación de las ventanillas únicas en el mundo. México salió bien librado en esta ocasión.
En su libro Facilitación del Comercio y Economía Mundial este organismo evaluó cinco indicadores que, en su conjunto, hacen de una ventanilla única una herramienta real para las distintas sociedades.
El indicador A, de aspectos institucionales, monitorea el progreso en la construcción de la ventanilla única con respecto a la cantidad de entidades públicas y privadas incluidas y el funcionamiento y la eficacia de la ventanilla única en relación con la estructura, la financiación y la gama de servicios ofrecidos.
El indicador B, de contenido de información y estructura, cubre el uso de datos en la ventanilla única y el grado de armonización dirigido a minimizar la repetición y los costos; la contribución de la ventanilla única para reducir las formalidades duplicadas o innecesarias relacionadas con los datos; y la interactividad de la ventanilla única y su apoyo a procedimientos virtuales y sin papel.
El indicador C, de aspectos legales, analiza la efectividad de la ventanilla en temas de privacidad, confidencialidad y protección de datos. El indicador D, arquitectura tecnológica, explora la manera en que la ventanilla aborda la identificación y autenticación de los usuarios, si el sistema es fácil de usar, a prueba de fallos y capaz de soportar futuros desarrollos.
Finalmente, el Indicador E, de interoperabilidad, aborda la capacidad del sistema de interactuar con proveedores de servicios privados, países vecinos y terceros países.
El resultado del análisis colocó a México en segundo lugar a nivel Latinoamérica, sólo por detrás de Colombia, pero por delante de Chile y Uruguay, otros países destacados de la región.
Sin embargo, a nivel mundial México no está muy alejado de la ventanilla única de Corea del Sur, el mejor posicionado dentro del análisis de la OCDE, y a la par de países como Vietnam, Singapur, China y Malasia, entre otros.