lunes, diciembre 23, 2024
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ZLC investiga la reducción de la huella de carbono de la logística a través del proyecto europeo LEARN

Esta iniciativa de investigación busca establecer un marco completo para calcular la huella de carbono y emisiones en general generadas por la logística y poder así facilitar su reducción y la de determinados costes que puedan beneficiar a las empresas.

Zaragoza Logistics Center (ZLC), centro de investigación promovido por el Gobierno de Aragón en colaboración con el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT),participa desde el pasado mes de octubre en el proyecto LEARN.

Financiada dentro del Programa Europeo Horizonte 2020, esta iniciativa de estudio tiene como objetivo que la industria y sus empresas de transporte asociadas puedan calcular las emisiones derivadas de actividades logísticas y la reducción de las mismas.

“Lo más importante de tener esa medición es que se pueda realiza de forma fácil y estándar, además de ser reconocida y reconocible a nivel internacional y de ahí que pueda generar otra serie de beneficios”, explica Susana Val, responsable del grupo de investigación que desarrolla los trabajos en ZLC. En este sentido, la profesora Val especifica que, con los resultados de las mediciones en la mano, las compañías “ya pueden plantear la reducción de la huella de carbono y otros incentivos asociados, porque reducir esta huella puede traducirse en un menor coste de sus procesos de producción y de lo que afecta al ámbito de la logística y el transporte”.

A pesar de que el proyecto LEARN nació sobre el papel hace poco más de un mes, la realidad es que no parte de cero. Así, su desarrollo se basa en el trabajo realizado desde el proyecto Cofret (Carbon Footprint of Freight Transport), también financiado desde Europa, y en el marco establecido por el proyecto Global Logistics Emissions Council (GLEC). En estos se elaboraron “unas metodologías y estándares de medición de emisiones en el sector del transporte y la logística, estableciendo unas bases y links con la industria”, recuerda Val.

“Lo que pretendemos es dar un paso más: ver lo que falta por cubrir, terminar de pulir y definir una metodología de medición y una agenda futura de investigación en el tema, para ampliar nexos con la industria y programas de formación y educación para todos los implicados a todos los niveles”, apunta.

Desde ZLC se coordina la conversión de todos los avances que se hagan en materiales formativos con el objetivo de que se puedan aplicar por todos los integrantes de la cadena de suministro

Desde el centro zaragozano asumen este “reto” trabajando codo con codo “con los principales líderes en el ámbito de la medición de emisiones”, así como con organizaciones y multinacionales de relevancia en el sector de la logística que también participaron en los proyectos anteriores, como la Unión Internacional del Transporte por Carretera (IRU por sus siglas en ingles), DHL, Geodis o el Smart Freight Centre.

Según Val, en los trabajos anteriores quedaba “un vacío en lo que se refiere a la parte de formación y educación, y ahí ZLC juega un papel fundamental”. De hecho, el centro aragonés, uno de los trece socios de siete países que conforman el proyecto LEARN, es el responsable de una de las seis áreas de trabajo, la que corresponde con la parte de formación y educación.

Así, Val pone de relevancia que la mayor parte de las pequeñas y medianas empresas e incluso grandes empresas “subcontratan casi todo lo que se refiere al transporte”, de ahí que uno de los objetivos es recopilar “todos los contenidos y establecer un material formativo para que llegue a todas las fases de la cadena de suministros y a todos los niveles”. A su vez buscan construir una red de socios “lo más amplia posible”.

Además de ese material formativo, el proyecto LEARN servirá también para establecer protocolos sobre cómo se tienen que tomar los datos, quién debe hacerlo y cómo deben presentarse dichos datos para “hacerlo transferible al mayor número de industrias” de una forma armonizada. De la misma forma, se buscará validar y probar la metodología con unos resultados contrastados en diferentes empresas.

El proyecto, que tiene una duración establecida de 30 meses, quiere ir más allá de ese límite temporal. Por eso, Val subraya la “creación de una agenda futura de investigación” con el propósito de “seguir la evolución hacia la implementación de eco-etiquetas en transporte y que las empresas puedan seguir siendo partícipes”.

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Cortesía de Investing.com

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