CIUDAD DE MÉXICO (CNNExpansión.com) — La capacidad competitiva de los productos de México en el extranjero se verá afectada si el peso mantiene su revaluación frente al dólar, coinciden economistas.
Sin embargo, la situación del sector exportador, y en especial de manufacturas, dista mucho de ser alarmante aun cuando la moneda mexicana se mantiene cotizando en alrededor de 12 unidades por dólar. Ese nivel ya pone nervioso al sector industrial mexicano, que pidió al Gobierno revertir la fortaleza que registra la divisa para evitar la pérdida de competitividad de las exportaciones.
No obstante, es un asunto que debe verse de forma relativa, dice Germán Rojas, catedrático del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). El peso enfrentó una fuerte devaluación a partir de septiembre de 2008 y ni así México mejoró en competitividad, pero las empresas que hoy reclaman que el tipo de cambio se deprecie en los últimos dos años son las que se han beneficiado.
De acuerdo con el índice que elabora el Foro Económico Mundial (WEF), México cayó seis lugares en la lista de economías más competitivas del mundo y en el Índice de Competitividad Global 2010-2011, pasó de la posición 60 a la 66.
Durante 2010, el tipo de cambio osciló entre 12.35 y 13 pesos por dólar y a partir de octubre, justo cuando ingresaron los bonos mexicanos al World Government Bond Index de Citigroup, la moneda mexicana comenzó a apreciarse.
El 2010 fue un mejor año que el previo en materia de exportaciones, agrega Fernando Ruiz Huarte, director técnico del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior (COMCE). “El año pasado, terminamos con un record de exportaciones, cercanas a los 300,000 millones de dólares, lo cual indica que al menos hasta diciembre el tipo de cambio no había afectado a la exportación”.
Cifras del Instituto Nacional de Estadística (INEGI) muestran que al cierre de diciembre las exportaciones totales ascendieron a 298,360.8 millones de dólares, 29.8% más que las registradas un año antes.
Dentro del sector de manufacturas, las exportaciones sumaron 245,744.8 millones de dólares, 29.5% más altas que las de 2009. De este total, las exportaciones no automotrices fueron por 180,796.8 millones, un crecimiento anual de 22.7%.
“Hay que tomar en cuenta que somos un país que importa mucho para exportar, tenemos un valor agregado bajo que nos ayuda a compensar la apreciación de la moneda. La cotización del peso debería de andar más o menos alrededor de los 12 pesos, más abajo habría que empezar a vigilar mucho cómo impacta en nuestro comercio exterior”, dice el directivo del COMCE.
Dentro de las manufacturas, la maquila textil es un caso diferente y ha estado en crisis desde hace unos años, pero no por el comportamiento del tipo de cambio, destaca Gerardo Herrera, director de los Postgrados de Comunicación de la Universidad Panamericana.
“La maquila textil es de las más intensivas en mano de obra y se ha visto afectada no por el tipo de cambio, sino por la competencia con países que tienen mano de obra más barata. La maquila textil comenzó a salir de México desde hace años y la apreciación del peso pueo acelerar ese proceso”.
México vive fundamentalmente del sector externo, menciona el catedrático. “En la medida en que tengamos un peso muy fuerte, afecta la capacidad competitiva del país en el exterior, si viviéramos fundamentalmente del mercado interno no habría problema, pero dependemos del mercado externo que es la fuente principal de generación de empleos”.
A un exportador le conviene siempre un peso barato por definición económica, mientras que a un importador un peso más caro, pero en un régimen de libre flotación el mercado es el que decide, resalta Raúl Feliz, profesor investigador del CIDE.
“En estos momentos el peso no es un problema. Me gustaría que fuera más competitivo, que estuviera entre 12.60 o 12.70, pero el mercado lo mantiene en 12 pesos por dólar y estará ahí durante un buen rato, a menos que estuviéramos dispuestos a meter controles de capitales en la economía”.
Si se aprecia más, “a la larga nos terminará costando en términos de crecimiento del sector manufacturero, pero en los niveles en que se encuentra actualmente no me parece que sea un factor que esté haciendo que las exportaciones en México se estén derrumbando”.
Los exportadores verán sus márgenes de utilidad castigados por un tipo de cambio más apreciado, opina Juan Sherwell, director de la Escuela de Graduados en Administración del Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México, pero la Comisión de Cambios (integrada por Banco de México y la Secretaria de Hacienda), no actúa para beneficiar a un sólo sector.
Hay una afectación, que es marginal, pero por el peso “no esperamos que haya desequilibrios mayores. No hay que preocuparnos por el peso, sino elevar nuestros niveles de productividad que son los que nos deben dar ventaja competitiva con el resto del mundo”.
Todas las empresas que se acogen al Decreto para el Fomento de la Industria Manufacturera, Maquiladora y de Servicios de Exportación (Decreto IMMEX), instalado en el país desde 2006, son las que podrían tener menos afectación por la apreciación del peso, agrega el director Técnico del COMCE.
“La mayoría de sus insumos son importados y les están costando menos, lo único que se está incorporando es la mano de obra. Estos casos, que más o menos representa cerca de 60% de nuestras exportaciones, son los menos afectados por el hecho de que toda su materia prima o partes y piezas las importan”.
“Cuando el peso llegó a 15 por dólar debió haber sido oro molido para los exportadores; sin embargo, tres meses antes y tres meses después, las exportaciones estaban cayendo a tasas de 30% o 40%. A pesar de que los productos mexicanos estaban muy baratos, el consumidor de EU (a donde se dirigen la mayoría de los productos de México) no tenía confianza y no estaba demandando nada”, apunta Luis Flores, economista senior de Ixe Grupo Financiero.
El peso se ha revaluado, las exportaciones se han encarecido, pero siguen creciendo a tasa de doble digito porque la demanda de EU está más confiada y comprando, aunque sea relativamente más caro que hace dos años.
Sin duda, un peso por debajo de 12 afectaría al sector, pero tendría más repercusión si el movimiento se extiende por un largo periodo de tiempo.