Las empresas mexicanas que buscan conquistar el desierto árabe

Empresas mexicanas como TenarisTamsa, La Costeña y SuKarne exploran el mercado árabe, compuesto por 388.3 millones de habitantes. El Boing 777 de Qatar Airways comienza a aterrizar en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), cargado de productos de Medio Oriente. No permanecerá mucho tiempo, pronto quedará vacío y en un par de horas volverá a des­pegar con destino a Doha, en Catar, lleno de perecederos, medicinas y equipos, entre otros insumos locales.

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En 2014, cuando la compañía árabe comenzó a operar en el país, llegaban dos aeronaves por sema­na. Ahora la historia se repite cada domingo, lunes, miércoles y jueves, como indicador del crecimiento que ha tenido el intercambio comercial entre estos dos puntos del planeta.

En 2015, las exportaciones mexicanas a los países de la Liga de Estados Árabes fueron de 1,275 millones de dólares (mdd), mientras que las importaciones alcanzaron 685 mdd, de acuerdo con las cifras más recientes de ProMéxico.

“Los números del intercambio comercial son bastante bajos en re­lación con otros países, y aunque el potencial es enorme, aquí en México tienen un poquito desaprovechada esa región”, opina Mariana Tuma Hernández, directora general de la Cámara Árabe Mexicana de Indus­tria y Comercio (CAMIC).

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No obstante, ya hay diversas em­presas del país en la región. Desde 1999, Cemex cuenta con presencia en Egipto, donde la mayor parte de sus ventas de cemento se da en sacos, y KidZania tiene centros de diversión para niños en Dubái, Kuwait, el Cairo y Jeddah.

Recientemente, SuKarne in­cursionó en la región, al enviar a Egipto 270 toneladas de bovino con Certificación Halal, que avala que el animal fue sacrificado con los ritos musulmanes. Además, desde hace dos meses, los chiles, las salsas y los frijoles de La Costeña ya están en los aparadores de Emiratos Árabes Unidos. Y a finales de enero TenarisTamsa ‘amarró’ un contrato de aproximadamente 160 mdd para proveer tubos de acero a Kuwait Oil Company (KOC), que terminará en 2017, y concretó uno más con Saudi Aramco por 34 mdd.

De acuerdo con la CAMIC, los países de la Liga Árabe significan un mercado de 388.3 millones de habitantes, con un Producto Interno Bruto (PIB) de 2.4 billones de dólares (entre todas las naciones) y una población con un PIB per cápita a precios internacionales actuales (PPA) de 13,238 dólares al año, mientras que en México y Estados Unidos es de 9,009 y 55,805 dólares, respectivamente.

Al analizar las cifras, desde hace dos años el gobierno mexica­no decidió estudiar ese mercado y buscar de manera más activa oportunidades de negocio para las empresas nacionales, sobre todo en el Golfo (Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Catar, Omán y Bahréin) y en el Levante (Egipto, Líbano, Jordania y Siria).

En parte, esta decisión tiene que ver con la estabilidad económica de la región. A juicio de Francisco Valencia Bastida, direc­tor de los Programas Académicos de Nego­cios Internacionales del Tec de Monterrey, Campus Santa Fe, en la zona árabe se sienten menos las crisis: “es más probable que te deje de pagar o que te la haga cansada un cliente euro­peo que uno de Medio Oriente”.

Además, México necesita llevar sus productos hacia otros países, para evitar que le afecten las tur­bulencias económicas de Estados Unidos, mientras que Medio Oriente requiere garantizar su proveeduría, sobre todo en el tema de alimentos, para no sufrir escasez, pues como indican las cifras de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagar­pa), la región compra entre 80 y 90% de los alimentos que consume.