La búsqueda de materias primas de China, especialmente minerales, el aumento del turismo de su clase media y la generación de energía mediante métodos verdes que están teniendo un auge en el país asiático requieren que México modifique la agenda comercial y de negocios que tiene con China, explicó Simón Levy, director de Latinasia.Actualmente, según el titular de esta consultora especializada en negocios con el país asiático, China está cambiando su sistema económico y su patrón de consumo pero México está rebasado por mucho en oportunidades de negocios.
“China decide renunciar paulatinamente a su papel como fábrica del mundo y decide concentrarse en su mercado interno, lo cual cambia la dinámica de la economía mundial, porque comienza a demandar de manera diferente en la cadena de consumo”, precisó Levy durante conferencia en el Centro de Estudios China-México de la UNAM.Ejemplo de cómo México no ha logrado atraer la atención de China es que, según estimaciones de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), la región recibirá alrededor de 25 mil millones de dólares de inversión hacia el total de la región, pero la posibilidad de que estos fondos caigan en México es casi nula.
“México no ha terminado de entender la nueva posición que debe de jugar en el entorno mundial y sigue anclado en el entorno geopolítico de Norteamérica, por lo que no ha definido exactamente qué es lo que interesa a China del País y puede aprovechar”, señaló el titular de Latinasia.
