El gigante de logística Deutsche Post DHL está conectado con el mundo como ninguna otra compañía. Razón suficiente para hacer un estudio que evalúe sus actividades internacionales en comercio, capital y flujos de información. Pero también los movimientos de personas, ya sean turistas extranjeros, estudiantes o inmigrantes, han sido considerados en el estudio. Este Índice Global de Conectividad, dirigido por dos investigadores de la Universidad de Nueva York, es considerado como un indicador de la globalización.
El estudio distingue entre dos dimensiones: la profundidad, que mide los flujos de comercio internacional entre las economías vecinas dentro de la misma región, y el alcance, que ilustra la conexión supraregional de un país – lo que se describe comúnmente como globalización.
Globalización sobrevalorada
Los planeados acuerdos de libre comercio CETA y TTIP, símbolos para una globalización progresiva, ya han provocados miles de protestas de opositores en Alemania y en otros lugares. La victoria electoral de Donald Trump tiene que ver también con su retórica antiglobalización. No es de extrañar, pues, que la globalización sea actualmente más controvertida que nunca. Si se cree, sin embargo, en este estudio de DHL, existe una discrepancia entre la percepción general y el alcance real de la globalización.
Aparentemente, la conexión mundial está ampliamente sobreestimada. Especialmente en Europa, las actividades se hacen de forma regional. Además, los flujos comerciales se vieron fuertemente frenados desde la crisis financiera de 2007. Recién a partir de 2014, el comercio internacional ha vuelto al nivel anterior a la crisis.
El Viejo Continente adelante
Por encima de todo, el estudio evidencia que los países europeos son verdaderos “actores globales”. Ocho países europeos se encuentran entre los diez primeros. En la clasificación general, el Viejo Continente toma claramente la delantera. Sobre todo cuando se trata de intercambio de personas y de comercio, ninguna otra región está más entrelazada. Sin embargo, esta conexión se lleva a cabo especialmente en lo “profundo”, es decir, dentro de Europa. Más del 70 por ciento del flujo de comercio internacional, capital, información y de personas recae también en el intercambio entre los países europeos. Los autores del estudio atribuyen este hecho a que en Europa la cantidad de países ricos es particularmente alta. Pero también la política de integración de la UE, vigente hace décadas, habría conducido de manera significativa a un comercio y transporte sin dificultades entre los Estados.
El estudio de DHL también deja en claro que la tendencia europea al aislamiento es un gran riesgo. La salida del Reino unido de la Unión Europea (conocida como “brexit”) o el ascenso del partido conservador Frente Nacional de Francia podría ser el comienzo de un retorno a los límites en las fronteras nacionales. El alto grado de integración regional fue fundamental para el aumento de la prosperidad, para la aproximación de los pueblos y la paz en Europa.