Manuel Alonso Cárdenas señaló que México sí necesita de un acuerdo y Coparmex está en favor de generarlo:
Un acuerdo real que sea fruto de la participación ciudadana, de escuchar las propuestas de los diferentes sectores, donde cada uno nos hagamos responsables de lo que nos corresponde, aportar para tener un país unido frente a los importantes retos que nos impone la realidad actual.
Un acuerdo solidario, donde todos los mexicanos pongamos nuestra responsabilidad con México por delante, que proteja a la economía familiar e impulse la competitividad y el desarrollo de todos, particularmente de quienes más lo necesitan; que impulse a las pequeñas empresas, a los emprendedores, a la innovación.
México exige un compromiso sí, pero no que tenga objetivos políticos o mediáticos solamente, sino uno que realmente toque la realidad de nuestro país, la economía familiar, la clase media, que ponga la mirada en nuestras fortalezas y no en nuestras debilidades. Un acuerdo con metas concretas, cuantificables y calendarizadas, que incluya los temas más críticos de la agenda económica y política de México, con métricas que permitan evaluar el avance en la dirección correcta.
Ese acuerdo sólo puede surgir de la sociedad; es por ello que es momento de que los ciudadanos tomemos la discusión en nuestras propias manos y comencemos a exigir acciones específicas, que conformemos nosotros la agenda del cambio que México merece, el acuerdo que México necesita.
Un acuerdo real comienza poniendo en la mesa los temas propuestos para que todos puedan opinar, enriquecer y debatir sobre ellos. Lejos de pretender establecer una agenda única de temas, Coparmex pone las siguientes grandes líneas de acción para debatir el rumbo que debe tomar un acuerdo nacional: Impulsar la economía familiar y la creación de empleo digno.
El acuerdo debe velar por aspectos concretos como: Eliminar por lo menos a la mitad los 37 programas sociales duplicados que ha identificado Coneval. Se estima que en 2017 se gastarán más de 200 mil millones de pesos en estos programas, incluyendo algunos que tienen un alto riesgo de ser clientelares como los comedores comunitarios y los llamados servicios a grupos con necesidades especiales.
Establecer un mapa de ruta puntual con acciones detalladas para lograr tener un padrón único de beneficiarios de programas sociales a nivel federal y estatal en 2018. El padrón debe incluir todos los programas sociales para evitar que el clientelismo electoral duplique el número de beneficiarios.
Establecer un calendario de implementación para armonizar las legislaciones estatales en materia regulatoria y la ventanilla única a más tardar en 2018. Aprobar de inmediato la deducibilidad al 100% de las prestaciones laborales a fin de crear empleos más dignos. Generar un nuevo esquema de bonos de productividad que no tenga carga fiscal y vaya de forma inmediata al salario de los trabajadores.
Crear de la mano con Cofece un plan para asegurar condiciones de competencia en gasolinas, a fin de que los precios sean lo más competitivos posibles. Actualizar en 2017 las métricas de pobreza de Coneval, con datos comparables a 2014 y fijando metas anuales para erradicar la pobreza extrema.
Mejorar las finanzas públicas y promover estabilidad macroeconómica. El acuerdo que México necesita debe velar por aspectos concretos como ser establecimiento de un consejo fiscal independiente en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, como lo ha propuesto el Fondo Monetario Internacional, a fin de evitar que la deuda continúe aumentado a tasas de 14% anual.
Implementar verdaderos recortes de presupuesto público. El gasto del Gobierno Federal creció 5.9% en términos reales de enero a noviembre del año pasado, lo que muestra que los supuestos recortes al gasto que se hicieron en 2016 simplemente no fueron implementados.
Evitar más aumentos de precio en la gasolina en meses subsecuentes, dado que existen recursos excedentes de IEPS y de la venta de petróleo. En 2016, el IEPS por gasolinas recaudó 29.3% más de lo esperado, esto es 67 mil millones adicionales a lo presupuestado, que pudieran ser utilizados en reducir los precios de la gasolina.
Establecer métricas concretas de compromisos de reducción anuales del dispendio de recursos públicos, reduciendo el gasto en publicidad gubernamental y comunicación social, financiamiento a los partidos políticos y prestaciones laborales extraordinarias de los funcionarios públicos. En 2015 el gasto presupuestado en comunicación social y publicidad se triplicó, pasando de 2.7 a 7.6 miles de millones de pesos.
Establecer una partida presupuestal específica de inversión pública para crear refinación doméstica y ductos que reduzcan el costo de la transportación de gasolina. Al momento, importamos el 60% de las gasolinas. Darle contenido real y un calendario de implementación a la propuesta sobre dignificación del transporte público. Promover el Estado de Derecho y el combate real a la corrupción.
El acuerdo que México necesita debe velar por aspectos concretos como:
Reducir tasa de incremento de homicidios dolosos. Los homicidios se incrementaron en 21.5% el año pasado; se deben fijar metas concretas de reducción de este delito.
Establecer metas para reducir anualmente el robo de las gasolinas que, según algunas fuentes, se ha quintuplicado en años recientes.
Establecer sanciones fiscales para los estados que no cumplan con la implementación de sus sistemas locales anticorrupción y para aquellos que no homologuen su ley de la cuenta pública o que no mejoren en el índice de transparencia presupuestal.
Fijar un calendario para atender y solventar las observaciones de la Auditoría Superior de la Federación a nivel federal, estatal y municipal. La Secretaría de Hacienda sigue repartiendo recursos a programas que tienen observaciones. Esto se debe detener y darle, en su lugar, a los programas que sí funcionan según evaluaciones de Coneval.
Esclarecer el caso de los 9 mil millones de pesos perdidos, que se invirtieron en la creación de una refinería en Atitalaquia, Hidalgo.
Las anteriores son propuestas concretas, debatibles, mejorables, que pueden ser complementadas, sin duda. Pero sí establecen ideas específicas con impacto real en la economía, particularmente la economía familiar. Más allá de que sean estas u otras las ideas que prevalezcan, lo cierto es que México está urgido de contar con una agenda social, una agenda de temas, una agenda de agendas que coloque la ruta en la dirección correcta frente a los importantes retos que tenemos como país y de competitividad internacional. Una agenda de agendas que impulse la visión del México que queremos en el 2030, un México que es posible con la participación activa y decidida de la sociedad civil organizada.
El México que queremos comienza ahora, con la participación de todos. Es por eso que en este momento Coparmex en todo el país, con sus 65 centros empresariales, está convocando a todos los ciudadanos a participar en la construcción de la agenda de agendas durante el transcurso de este 2017, a través de foros regionales en todo el país. Coparmex está en favor de generar un acuerdo nacional. Aquí están nuestras primeras propuestas e invitamos a todos, Gobierno sí, pero sobre todo a la sociedad a participar para construirlo juntos.