CIUDAD DE MÉXICO (apro).- “El resultado de las elecciones en Estados Unidos ha complicado aún más el panorama de corto y mediano plazo para la economía mexicana. Con una inversión que se proyecta declinará todavía más, se estima que el crecimiento del PIB se mantendrá cerca del 2% en 2017 y 2018”, puntualizó en su informe “Situación y Perspectivas de la Economía Mundial” (WESP, por sus siglas en ingles).
Destacó que cerca del 80% de las exportaciones mexicanas son para Estados Unidos, y ante cualquier medida proteccionista por parte del presidente electo, tendrá un fuerte impacto en el tema del crecimiento económico.
En su informe, la ONU detalló que en medio de un contexto de elevada incertidumbre frente a los bajos precios del petróleo, la débil producción industrial en Estados Unidos y la estricta política monetaria y fiscal, la economía mexicana se expandió apenas 2%.
Ese débil desempeño contrasta con el crecimiento robusto en algunos países de América Central, donde Costa Rica, Nicaragua y Panamá –apuntó– tendrán un crecimiento del PIB de más de 4% en éste y el próximo año, debido una elevada inversión pública, un fuerte consumo privado y un sector turístico dinámico.
Precisó que la inquietud en el ámbito de las políticas internacionales, así como los elevados niveles de deuda en moneda extranjera, son los principales riesgos a la baja y podrían afectar significativamente el crecimiento mundial.
En América Latina y el Caribe, explicó, los principales factores de riesgo son: una desaceleración mayor a la esperada en China, la posible adopción de medidas proteccionistas por parte de la nueva administración en Estados Unidos y nuevas turbulencias en los mercados financieros. Esto último, agregó, podría desencadenarse por un ritmo más rápido a lo esperado en los aumentos de las tasas de interés en Estados Unidos.
En este contexto, el Producto Bruto Mundial creció solamente 2.2% en 2016, lo que marca la menor tasa de expansión desde la Gran Recesión de 2009.
Naciones Unidas proyecta que el crecimiento global mejore moderadamente a un 2.7% en 2017 y 2.9% en 2018, que más que una señal de estabilización económica, apuntó, es un síntoma de un sólido resurgimiento de la demanda mundial.