Los alimentos son uno de los sectores que acaparan la atención dentro de la modernización que México y la Unión Europea (UE) hacen al tratado de libre comercio que ambas partes tienen, debido a que ha resultado ser un punto que se vislumbra complicado de negociar.
“Está duro el tema, sin embargo va avanzando”, dijo Bosco de la Vega, presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), a El Financiero.
El punto que ha resultado ser uno de los más complicados son las indicaciones geográficas, protección de datos para patentes de agroquímicos y los derechos de autor de las variedades vegetales, agregó.
Ello resulta clave debido a que pueden llegar a ser un obstáculo para el comercio de ciertos productos como lácteos y embutidos que, por ejemplo, dificultan que ciertos quesos de origen europeo fabricados en México puedan entrar libremente al Viejo Continente.
“Es un tema del que todo mundo estamos preocupados porque al rato alimentos que ya se fabrican aquí, resulta que tienen un nombre tal y te dice la otra parte ‘estos son míos y tu ya no los puedes hacer’”, explicó.
Y en Europa el sentimiento parece ser similar, pues el ministro de Agricultura de Irlanda, Michael Creed, reconoció que en el Viejo Continente el tema de las denominaciones geográficas ha sido uno de los puntos más difíciles para negociar.
Pero a pesar de las diferencias en el tema entre ambas partes, Creed considera que hay espacios suficiente para que tanto Bruselas como México encuentran beneficios mutuos en esta negociación.
“Hay cientos de posiciones, pero creo que al final vamos a llegar a un conjunto de ellas y pienso que podemos encontrar soluciones”, dijo Creed a El Financiero.
En la mesa de negociaciones no todo han sido diferencias, pues se tienen avances en lo referente al acceso a mercado y las medidas sanitarias, agregó de la Vega, quien cuenta con experiencia en el ámbito de comercio internacional, ya que fue de los productores que encabezaron la defensa para evitar que entrara papa procedente de Estados Unidos.