Los 12 tratados de libre comercio (TLC) que México ha firmado con 46 naciones “no resuelven por completo las necesidades de abasto”, pese a que le proporcionan un acceso preferencial a miles de productos, advierte la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece).
De hecho, 4 de los 10 naciones de donde provienen la mayoría de las importaciones no tienen TLC con México, aun cuando están obligados a pagar aranceles más elevados que van del 1.63 a 4.53 por ciento, en promedio, aunque llegan hasta 25.6 por ciento en el caso del calzado. Esas cuatro naciones son China, Corea, del Sur, Malasia y Taiwán, precisó.
Lo anterior significa que el gobierno federal ha firmado tratados comerciales con países “que no producen o no pueden abastecer productos en condiciones competitivas”, productos que son requeridos o consumidos por la población mexicana. En cambio, se imponen aranceles a países no socios y con ello se restringen y encarecen las importaciones en bienes de consumo que representan una proporción significativa del gasto de las familias, detalla un estudio del organismo antimonopolios.
Hay productos de consumo básico, como el arroz, la carne, la carne de res congelada y el pollo en piezas también congelado, que si bien México compra principalmente a sus socios comerciales, “la oferta mundial se concentra en otros países con los que no tenemos suscrito un tratado”.
Indica además que el monto de las importaciones que provienen de los socios comerciales de México se redujo de 70.3 a 66.5 por ciento respecto al total de las compras externas realizadas durante los primeros tres años del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.
El análisis de la comisión, referido a la política comercial pero desde la visión de competencia, ejemplifica que México importa productos como pescado (tilapia congelada), café sin tostar y piña congelada a países con los que no tiene TLC, como China, Vietnam e Indonesia, pero “ los importadores están dispuestos a pagar aranceles altos por ellos”.
De acuerdo con la Secretaría de Economía (SE), México cuenta a la fecha con 12 Tratados de Libre Comercio con 46 países (algunos son con bloques regionales como es el caso de los tratados de América del Norte y con la Unión Europea). Además ha firmado 32 Acuerdos para la Promoción y Protección Recíproca de las Inversiones (APPRIs) con 33 países y 9 acuerdos de alcance limitado (Acuerdos de Complementación Económica y Acuerdos de Alcance Parcial) en el marco de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), como son los que tiene con Brasil y Argentina.
Para la Cofece es necesario incluir la perspectiva de competencia en la política de comercio exterior mexicana para maximizar sus beneficios.
En términos generales, el promedio de los aranceles que el año pasado impuso México bajo el término “nación más favorecida (NMF)” fue 5.6 por ciento sobre el valor, lo que ubica al país “en un punto intermedio entre países de mayor o menor apertura comercial”.
El documento establece que si los aranceles fueran más bajos o no existieran entonces México podría abastecerse de productos que se generan en otros países que presentan ventajas competitivas aunque no se tenga tratado comercial con ellos, pero que al final implicarán un menor precio para los consumidores.
“Debe ponerse especial atención cuando un arancel impide, restringe o encarece las importaciones de productos que nuestros socios comerciales de un TLC no producen o no pueden abastecer en condiciones competitivas. En estos casos, resulta deseable no mantener niveles de protección elevados sobre todo si se trata de bienes de consumo que representan un gasto significativo en el gasto de las familias mexicanas o de un insumo relevante de para los procesos productivos”, puntualiza.
No obstante, la Cofece establece que, en general, ha resultado positiva la inserción de México en la economía internacional y se ha convertido como un mercado relativamente abierto, consolidándose como plataforma de exportación a Estados Unido, brindando acceso a mayor cantidad de productos e insumos al tiempo que los productos mexicanos han ganado espacio a nivel mundial.
“No obstante, persisten una serie de obstáculos y barreras que además de afectar la libre concurrencia y competencia de los mercados, tienen efectos adversos en el bienestar del consumidor y generan distorsiones sobre el funcionamiento eficiente de los aparatos productivos”, indica.