Uno sería entre Guadalupe, Chihuahua, y Tornillo, Texas, por el que transitarían camiones y transporte ligero; y el otro entre Nuevo Laredo, Tamaulipas, y Laredo, Texas, que si bien ya está aprobado, falta ratificar que sea en ese punto.
“De nada sirve tener más carreteras si hay cuellos de botellas en los cruces fronterizos”, dijo Fausto Barajas, subsecretario de Infraestructura de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).
Los dos nuevos puentes comenzarían antes de que termine el actual sexenio y su construcción duraría unos tres años, agregó el funcionario al participar en la reunión binacional de la Cámara de Comercio México Estados Unidos.
Para ampliar la infraestructura y agilizar el comercio entre ambas naciones, en marzo del 2007 se creó el Grupo Binacional de Facilitación Fronteriza México-Estados Unidos, mediante el cual se fortalecieron las acciones de coordinación del Grupo Binacional de Puentes y Cruces Internacionales.
Ambos grupos acordaron construir tres puentes fronterizos: Anzalduas, Río Bravo-Donna y San Luis Río Colorado II, además del cruce ferroviario Alternativa Poniente, que une las ciudades de Matamoros, Tamaulipas, y Browsville, Texas.
El funcionario informó que del 2007 al 2011 el gobierno federal espera construir y modernizar 18,000 kilómetros de carreteras y estimó que para el 2012 esa cifra escalaría a entre 21,000 y 22,000 kilómetros.
La construcción de una carretera implica que se hizo en una línea donde no había nada de infraestructura, como ocurrió con el Arco Norte, por ejemplo; mientras que la modernización significa que en un tramo ya edificado se añadieron uno o más carriles.