PUERTO VALLARTA — La crisis financiera en Europa ha provocado estragos en el comercio mundial, pues luego de la recuperación que se observó tras la recesión de 2009, ahora enfrenta una situación complicada, advirtió este viernes el secretario de Economía, Bruno Ferrari.
Al dar a conocer las conclusiones de la primera reunión de ministros de comercio del Grupo de los Veinte (G20), el funcionario comentó que el pronóstico para los intercambios globales no es nada optimista ya que se espera un crecimiento de sólo 3.7%, que contrasta con la recuperación en 2010 de 13.8%, e incluso frente al 5% promedio de 2011.
“Este pronóstico refleja que la economía global se dirige hacia una desaceleración en este año, debido en gran parte a las ondas de choque provocadas por la crisis de la deuda europea”.
Por lo tanto, y de acuerdo con el consenso al que se llegó en esta reunión ministerial, considerando la creciente interdependencia de las operaciones globales de producción, Ferrari alertó que cualquier medida proteccionista será contraproducente para el mundo y “ahora más que nunca impera la necesidad por mantener el libre comercio”.
Lamentó que el desarrollo económico y la generación de empleo estén detenidos por el estancamiento de la Ronda de Doha, cuya solución exitosa fomentaría la recuperación, aumentaría el comercio global y generaría millones de empleos.
En este sentido, el director de la Organización Mundial de Comercio (OMC), Pascal Lamy, afirmó que este gran tema no estará disponible a corto plazo.
“Desde la última conferencia de ministros en Ginebra que se realizó en diciembre, el acuerdo por el que se estableció la Ronda de Doha y que contempla 20 temas no está disponible por el momento”.
Los ministros han instruido a sus negociadores a intentar resolver este gran paquete. “El tema más importante y obvio dentro de esta categoría y acuerdos que podrían alcanzarse de manera independiente, es facilitar el comercio”, pero hasta hoy no hay avances, puntualizó el dirigente de la OMC.
El secretario de Economía consideró que las medidas proteccionistas podrían beneficiar al empleo en el corto plazo y en aéreas protegidas, pero hacia adelante habrá un efecto negativo en el mercado laboral.
“El proteccionismo acarrea riesgos económicos para los consumidores y el empleo, y eso a la mitad de la recuperación de la economía global y el temor del crecimiento sin generación de nuevas fuentes de trabajo, hace evidente la necesidad de mantener y expandir la apertura de mercado”.
