En México entre 20 y 30% de las grandes compañías solicitan consultoría para la realización de algún proyecto especial en logística para importar o exportar productos, herramentales, piezas, maquinaria y hasta plantas industriales desmanteladas que a simple vista serían intransportables.
Del total de sus recursos, destinan 11% para consultoría en general y de este porcentaje, 8% es exclusivamente para logística, indicó René Lara, director de Proyectos de Miebach Consulting.
No es azaroso entonces ver aterrizar al Antonov AN-124, uno de los aviones más grandes del mundo, en el aeropuerto de Puebla cargado con 92 toneladas de herramentales para la producción de los vehículos de Volkswagen.
Proyecto que costó alrededor de un millón de dólares para la renta y operación de uno de los 25 aviones cargueros de manufactura rusa, utilizados sólo para emergencias industriales y que el año pasado operó la compañía DHL Global Forwarding para trasladar desde Alemania 11 grandes piezas entre troqueles, platinas y componentes de estampado.
Francisco Gálvez, director de Producto Aéreo de la firma, recordó que para planear y materializar este proyecto se ocuparon dos semanas, pues había que esperar que una de estas aeronaves estuviera disponible, pues 99% del tiempo están ocupadas.
Detalló que en esa ocasión fueron herramentales para la armadora alemana, pero que existen otros ejemplos logísticos, como el trasladar una planta industrial desmantelada en alguno de estos aviones al país, llevar alguna carga importante personalmente a solicitud del cliente o realizar ‘milagros’ en 48 horas.
El costo de los proyectos es variable y puede ir desde los 15,000 hasta el millón de dólares, dependiendo del tipo de logística que se requiera.
Miguel Ángel Ramos, director de Ventas de DHL Global Forwarding, subrayó que en México, además de la industria automotriz, los sectores médico y alimenticio requieren con mayor frecuencia estos servicios.
Recordó uno de los últimas misiones que su compañía realizó, cuando en dos días planeó, organizó y trasladó un producto desde la Ciudad de México hasta las Islas de Ibiza en España.
El proyecto fue multimodal debido a que se utilizaron varios sistemas de transporte: avión para volar hasta Bélgica; cuatro camiones y por último un transbordador que llevó la carga a su destino a través del mar.
Aunque el costo logístico de estos proyectos es elevado, nada se compara con la satisfacción de ver concluida la misión, que de inicio, parecía difícil. De esta forma México está listo para recibir de nuevo al Antonov, coinciden los especialistas.
