Si Estados Unidos decide imponer aranceles a las exportaciones de aluminio y al acero de México —a partir del 1 de junio— como una forma de ejercer presiones en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el país tomará medidas equivalentes.
De esta forma respondió el jefe de la Negociación Técnica del tratado comercial trilateral, Kenneth Smith, ante la advertencia hecha este lunes por el secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross.
“Dependiendo de dónde estemos en el TLCAN el 1 de junio, el presidente (Donald Trump) decidirá si extiende o no su situación. No se puede predecir por el momento”, manifestó Ross el lunes.
Pero en entrevista de radio, Smith dejó en claro que el equipo mexicano no permitirá dejarse presionar por temas políticos ni aquellos relacionados con la Sección 232 de la regulación de Estados Unidos, la cual avala limitar las importaciones con el argumento de la seguridad nacional.
“No representamos una amenaza de seguridad nacional ni en este ni en ningún sector para Estados Unidos”, sostuvo Kenneth Smith, al señalar que México es comprador de ambos metales de Estados Unidos.
El funcionario insistió en que la imposición de aranceles o cuotas, de ninguna manera se pretende ligar a la discusión del acuerdo comercial como un elemento de presión.
“No vamos a apresurar un cierre. Vamos a cerrar únicamente cuando haya condiciones favorables para México”, aseveró Kenneth Smith.