La Comisión Europea (CE) advirtió hoy de que el Mercosur sigue manteniendo importantes barreras al comercio y que Argentina y Brasil, en particular, han incrementado las medidas restrictivas a las importaciones.
La Comisión publicó su informe anual sobre las trabas al comercio que encuentra en su relación con sus principales socios en ese ámbito, y entre los que también figuran Estados Unidos, China, Japón, India y Rusia, de cara a presentarlo a los líderes comunitarios en la cumbre que celebran hoy en Bruselas.
En el caso de Argentina, la CE señaló que van en aumento las medidas encaminadas a restringir la entrada de bienes y servicios en el marco de una política de “reindustrialización” y “sustitución” de las importaciones.
En octubre, la UE decidió llevar a Argentina ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por, entre otros motivos, las licencias previas que Buenos Aires solicitaba a las importaciones, y aunque estos permisos “no automáticos” fueron retirados en enero, Bruselas considera que siguen en vigor otras medidas que dificultan el comercio.
La UE también considera que Argentina aplica cada vez más restricciones a la transferencia de divisas, dividendos y derechos que realizan las empresas extranjeras; obliga a los importadores a respetar exigencias de “equilibrio” de las importaciones, y mantiene las trabas en el sector de los seguros.
“En Argentina, el Gobierno ha buscado de forma preocupante y activa en los últimos años que ciertos sectores e industrias incrementen los contenidos locales en su proceso de producción”, subraya el estudio.
En concreto, se refirió a sectores como la minería, el automóvil, el calzado, la agricultura, la maquinaria, la construcción, los medicamentos, los químicos o los textiles, y a servicios como la banca, los seguros o los medios de comunicación.
Recordó además que, el pasado abril, el Gobierno de Cristina Fernández decidió expropiar la petrolera YPF a la española Repsol, un movimiento que el informe cree que “puede ser discriminatorio” en cuanto a que sólo fueron desposeídos los accionistas españoles y a que, por el momento, no se ha ofrecido “ninguna compensación”.
En lo referente a Brasil, el documento destaca que aplica controles aduaneros “más estrictos” a las importaciones de textiles y ropa desde el último trimestre de 2011, de forma que los bienes deben ser inspeccionados y se pueden tomar muestras para su análisis en laboratorio.
Además, el acceso a los mercados públicos brasileños “no ha registrado progresos en 2012”, desde que Brasil introdujo un margen de preferencias horizontales del 25 % en la ley nacional sobre las licitaciones públicas, que afectó principalmente al sector tecnológico y de la información y comunicaciones.
También señala que los fabricantes locales de automóviles y camiones se benefician de reducciones de las tasas a los productos industriales si cumplen ciertas condiciones, algo que la UE considera discriminatorio.
Resalta que ese régimen no se limita al sector del motor, sino que también afecta a los equipos electrónicos y de telecomunicaciones.
El informe deja claro que a los “problemas” detectados en la fiscalidad interna, se suma la decisión del Mercosur de aumentar los derechos de aduana aplicados a 100 líneas tarifarias, una medida que, aunque no es contraria a la OMC, “no es conforme al compromiso político del G20” de rechazar el proteccionismo.
Por lo que respecta a las barreras argentinas y brasileñas en el transporte marítimo y a las exportaciones de materias primas, el informe recordó que deben abordarse en la negociación del acuerdo de asociación entre la UE y el Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Venezuela, el cual participa todavía como observador en las conversaciones con la Unión).
En cambio, esas negociaciones apenas registran avances en el plano comercial desde que se reanudaron en 2010 tras una suspensión de seis años.
El estudio también denunció la persistencia de barreras a la inversión y más restricciones en algunos sectores industriales en China; medidas reguladoras “injustificadas” que mantienen “cerrado” el mercado agroalimentario en India, así como su “actitud proteccionista” hacia productos electrónicos y de energías verdes, o tasas “discriminatorias” de Rusia a los vehículos importados.
En los casos de Estados Unidos y Japón -con los que va a iniciar la negociación de sendos tratados de libre comercio-, la CE celebró los avances registrados en la eliminación de trabas comerciales.