Si bien el T-MEC ha presentado cuestionamientos para México en otros sectores, la rama textil, en sus expresiones de moda y confección, provocó menos resistencias. Esto permite al país no solo mantener su actual ritmo de exportación al gran mercado norteamericano, sino también planear una expansión en cuanto a la calidad y mejores esquemas de comercialización.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que las economías importantes de América Latina en el terreno de la moda han quedado fuera de los beneficios del T-MEC, por lo que tendrán que esforzarse en buscar nuevos mercados, e incluso, establecer sociedades con la industria textil mexicana para incursionar con ventajas en Canadá y Estados Unidos.
La certeza mexicana
Raúl García Tapia, director de Fashion Outlet y ex director general de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido (Canaive), aseguró a FashionNetwork.com que el nuevo tratado comercial, que se encuentra en proceso de aprobación por los Congresos de los tres países, resultó positivo para los sectores textil, calzado y vestido de México, pues el país tiene certeza en cuanto a sus aranceles, lo que genera tranquilidad en los industriales mexicanos y en los compradores de los mercados del norte.
“(El T-MEC) impacta de forma positiva a nuestro sector, sobre todo en la coyuntura actual, en donde Estados Unidos ha venido amenazando a China y otros países con imponerles aranceles adicionales por su déficit comercial. Esto es importante porque hoy los compradores de los países del tratado, sobre todo de Estados Unidos, no tienen certeza alguna de que las operaciones a futuro que se den actualmente con China mantengan el mismo arancel cuando las mercancías lleguen al país”, detalló el directivo.
“Esto es bueno para México porque nuestro país tiene un plano claro de qué va pasar con sus aranceles en los primeros años, es decir, un arancel cero. Eso es un tema que privilegia a los compradores y creo que cualquiera de los tratados que tengamos en vigor en cualquier momento va a ser beneficioso para nosotros”, precisó García Tapia, quien recordó que mientras el T-MEC no sea apruebe en Estados Unidos, el sector seguirá beneficiándose de las condiciones establecidas en el acuerdo firmado por los tres países de América del Norte en 1994.
México superó una prueba de fuego tras las amenazas iniciales del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de eliminar algunas flexibilidades arancelarias con las que cuenta la industria textil en el acuerdo original conocido como Tlcan.
Aunque también es importante mencionar que el modernizado tratado presenta algunas restricciones arancelarias para los textileros mexicanos. En el T-MEC se incluyen requisitos adicionales para que los insumos de las prendas de vestir como el hilo de coser, tela de forros, elásticos, resortes y telas recubiertas sean originarios de los países que conforman el tratado.
Esta modificación hará que los proveedores mexicanos dejen de recurrir a las importaciones de ciertos insumos en países asiáticos, lo que puede abrir una nueva ventana de oportunidad para que el sector textil mexicano produzca internamente estos materiales, generando más empleo y beneficios económicos.
Un marco más estricto
El T-MEC también ayudará a los trabajadores textiles mexicanos a combatir a uno de sus mayores enemigos: la subvaluación. Esta es una modalidad del contrabando técnico que se presenta al declarar en la importación un valor en aduana menor al realmente pagado por la mercancía.
En ese sentido, el T-MEC incluye disposiciones que permiten realizar verificaciones más estrictas para comprobar el cumplimiento de reglas de origen e infracciones aduaneras, al tiempo que crea un comité textil para facilitar las consultas y tener una mayor cooperación entre las autoridades.
Cabe resaltar que la industria mexicana del textil exporta 6400 millones de dólares al año a Estados Unidos, de acuerdo con cifras de la Canaive. De esta forma, México se posiciona como el primer exportador latinoamericano de prendas de vestir hacia Estados Unidos y el sexto a nivel global.