Ciudad de México. El Acuerdo Integral y Progresivo para la Asociación Transpacífico (CPTPP, por sus siglas en inglés) que México firmó con 11 naciones de Asia, Oceanía y América entrará en vigor en 17 días con afectaciones para las industrias textil, del calzado y electrónica, advirtió Arnulfo Gómez, especialista en comercio exterior de la Universidad Anáhuac.
La Secretaría de Economía (SE), cuya titular es Graciela Márquez, dijo, no se ha manifestado sobre este tema ni sobre la política de comercio exterior que se llevará a cabo en el presente gobierno, toda vez que sostuvo que los tratados comerciales han incrementado el déficit comercial de México frente al mundo a la par que le han hecho perder lugares en el listado de países con más inversión extranjera directa (IED) y en los niveles de valor agregado que tienen las mercancías que se producen aquí.
Si bien elogió que el presidente Andrés Manuel López Obrador se haya pronunciado desde su campaña electoral por impulsar el mercado interno y la política industrial del país, recordó que a la fecha existen 12 Tratados de Libre Comercio (TLC’s) vigentes que involucran 52 país, además de 33 Acuerdos para la Promoción y Protección Recíproca de Inversiones (APPRI’s) y 9 acuerdos comerciales de alcance limitado con países latinoamericanos.
En concreto, refirió que con el CPTPP — también conocido como TPP-11 después de que Estados Unidos lo abandonó desde enero de 2017–, los productores de zapatos, textiles y aparatos electrónicos se enfrentarán a sus homólogos de Vietnam que han logrado implementar todo un marco sistémico y una estrategia comercial que los hace muy competitivos a nivel mundial, con costos reducidos en insumos y mano de obra además de la incorporación de tecnología en sus procesos productivos.
“Vietnam muestra más posibilidades que México para sacar provecho de la relación comercial con el CPTPP”, indicó Arnulfo Gómez. Consideró que para atenuar los efectos negativos que ocasionará este acuerdo a los sectores mencionados “tendría que diseñar una estrategia, en principio, para impulsar la competitividad porque las empresas pueden enfrentar la competencia si existe un marcos sistémico competitivo, con insumos baratos”.
Subrayó que desde el año 2000, México perdió la competitividad que ya había ganado por las reformas que se hicieron a finales del siglo pasado “y caímos en todo: como economía mundial, como foco de la IED y como valor agregado”.
Así que consideró que el nuevo gobierno enfrenta “no la bancarrota pero sí un desastre” con el riesgo de que las industrias mencionadas puedan quedar “aniquiladas” como ha pasado con otros sectores, por lo que lamentó que hasta el momento la SE no se haya pronunciado al respecto.