Para que las maquilas paguen su ISR (impuesto a las ganancias de capital), el gobierno aplica un mecanismo de medición de sus utilidades, llamado Safe Harbor, que define el monto, en función de lo que sea mayor: entre 6.5% de los costos y gastos o 6.9% del valor de los activos.
Con el argumento de que empresas maquiladoras estaban migrando de México, en gran parte a China, el Presidente Vicente Fox otorgó en el 2003 un subsidio de alrededor de 50%, en la tasa del Safe Harbor, del cual gozan un millar de empresas.
“La aplicación de este beneficio puede reducir el Impuesto Sobre la Renta en más de 55%”, estimaron José Antonio Quesada, líder de clientes y mercados, y Horacio Sánchez, líder del sector maquiladora, de la consultoría PricewaterhouseCoopers.
Pero ahora, ese subsidio se analiza por tres razones: la menor competitividad de China en ciertas industrias, la preparación de la reforma fiscal en México y porque la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, (OCDE) propuso la desaparición del régimen de maquilas, por sus generosas, en exceso, concesiones fiscales.
“Se está analizando, estudiando y hemos estado proveyendo información, análisis numéricos duros del sistema fiscal del sector y, obviamente, tenemos la confianza de que no van a dejar morir el esquema”, dijo Luis Aguirre, presidente del Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación (Index).
Entre las 10 mayores empresas exportadoras de México, se ubican dos que reciben los beneficios fiscales concedidos por el decreto presidencial: las filiales de la taiwanesa Foxconn y de la estadounidense Jabil Circuit.