Las exportaciones mexicanas de productos agroalimentarios se perfilan para convertirse en la tercera fuente de divisas del país en el 2015, luego de la estrepitosa caída de los ingresos petroleros, pero también debido a una notable expansión de 4.7% durante los primeros 10 meses del año, prácticamente el doble que el crecimiento global de la economía en el año.
Entre enero y octubre, las ventas externas agroalimentarias (incluyen los subsectores agroindustrial y agropecuario y pesquero) sumaron 22,332 millones de dólares, con lo que superan los ingresos de las remesas familiares (20,696 millones de dólares), de las exportaciones petroleras (20,646 millones, 44% menos que el 2014) y de divisas por turismo (14,151 millones).
Por mucho, los dos sectores que más ingresos en dólares generan son el sector automotriz —consolidado caso de éxito de exportación—, con 95,813 millones de dólares, seguido por el de producción de aparatos eléctricos y electrónicos, que factura en el exterior 59,683 millones de dólares. A octubre, ambos rubros exhiben incrementos de 5.4 y 1.8%, respectivamente.
De acuerdo con el Consejo Nacional Agropecuario (CNA), el recobrado ímpetu del sector agroalimentario del país es un reflejo del cambio en el perfil de las políticas públicas en años recientes, pero también de las mejoras en la eficiencia y el enfoque por la innovación adoptado por los productores.
“Antes de este gobierno, el sector agropecuario venía creciendo poco, a tasas de 1.6% en promedio; teníamos una balanza agroalimentaria deficitaria de más de 4,000 millones de dólares en promedio; la Sagarpa se encontraba en el gabinete social y no estábamos en la agenda de los principales temas de interés del gobierno”, dijo la semana pasada Benjamín Grayeb, presidente del organismo durante la XXXII Asamblea General Ordinaria del CNA.
En el 2015, por primera vez, el sector alimentario del país se perfila para cerrar con un superávit comercial, que al mes de octubre arroja un saldo positivo de 803 millones de dólares.
El número contrasta con el déficit que arrastra la balanza mexicana de productos petroleros, que suma 7,649 millones de dólares —golpeada por un desplome anual promedio de más de 50% del precio de la mezcla mexicana de exportación—, y prácticamente garantiza lo que será la primera vez que México —país petrolero de larga data— sea deficitario en este rubro.
Entre las mejoras a la gestión de políticas para el sector agroalimentario, Benjamin Grayeb enumeró los cambios en la estructura programática de la Secretaría de Agricultura (Sagarpa), pues se flexibilizaron las reglas de operación de los programas; se modernizó la banca de desarrollo y los esquemas de crédito, y se dio una mayor apertura y participación de las organizaciones del sector.
Nuevos mercados
Se destaca también el esfuerzo por abrir nuevos mercados, como el chino, que representa una plaza fundamental para hacer negocios agroalimentarios, toda vez que se trata del mayor mercado de consumo del mundo con una clase media pujante que ha mejorado notablemente su perfil nutricional.
Grayeb dijo que en 15 años “sólo se lograron protocolos para exportar aguacate y uvas mexicanas. Hoy, solamente en tres años, estamos exportando carnes de res y cerdo, tequila, frambuesa, zarzamora, maíz blanco, productos lácteos y tabaco, y para el 2016 se estarán trabajando los protocolos para plátanos, arándanos, aguacate de Jalisco y nueces”.
De acuerdo con el titular de la Sagarpa, Jorge Calzada Rovirosa, se espera duplicar las exportaciones agroalimentarias a China en el 2016. “Hicimos una serie de reuniones de negocios para que los propios empresarios empezaran a hacer colocaciones de sus productos, a través de contratos para el próximo año 2016”, dijo tras volver de una gira por ese país hace unos días.