DW.- La Alianza del Pacífico, el Mercosur (Mercado Común del Sur) y SIECA (Secretaría de Interacción Económica Centroamericana), las más importantes alianzas comerciales de América Latina, tienen diferencias y distintos alcances, pero un foco común: a través del viejo principio de que la unión hace la fuerza, buscan incrementar el comercio de sus países miembros.
Pero también enfrentan desafíos en el mercado global. Así lo evidenciaron sus representantes en el Día de América Latina (LAT), conferencia anual de Lateinamerika Verein(Asociación Empresarial para América Latina) y principal cita de las relaciones comerciales entre Alemania y Latinoamérica, que se realizó en Hamburgo.
¿Qué tan importantes son estas alianzas en el contexto económico global? “El multilateralismo nos hace más fuertes”, dijo Niels Annen, ministro adjunto del Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania, aludiendo a la experiencia de su país y la Unión Europea, y también destacando los puentes hacia América Latina.
Amenazas a la integración como el “Brexit“, el “America first” de Donald Trump o la incertidumbre ante un eventual triunfo de Jair Bolsonaro en Brasil, generan interrogantes sobre el impacto y el futuro de estas alianzas. A pesar de sus fortalezas, no están ajenas a los vaivenes de la economía y la política, reconocieron los expertos.
Vocación de integración
“América Latina es por vocación integracionista. El regionalismo es una opción efectiva no sólo para potenciar beneficios, sino para enfrentar juntos las problemáticas y amortiguar las crisis”, dijo Melvin Redondo, secretario General de SIECA, quien reconoció que la situación nicaragüense debiera tener efectos en la alianza centroamericana. Uno de los desafíos de este bloque es ampliar la unión aduanera, hoy de tres países, a todos sus miembros.
En el Mercosur, mercado común de Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, el deseado acuerdo con la Unión Europea sigue en proceso de negociaciones. Ricardo Baluga, del Ministerio de Relaciones Exteriores de Uruguay y Director General Adjunto para Asuntos de Integración y Mercosur, aseguró que a pesar de las dificultades, en los últimos dos años han experimentado avances significativos: “Las elecciones en Brasil y la coyuntura económica en Argentina nos desafían, pero existe la voluntad de cerrar este acuerdo”. Al mismo tiempo, el Mercosur apunta a la inserción el mercado asiático y negociaciones con Canadá, con el desafío de mantener el nivel actual de comercio con Estados Unidos.
Formada por Chile, Colombia, México y Perú, la Alianza del Pacífico está viviendo un momento dinámico e intenso, pese a ser el mecanismo de integración más joven de la región, con sólo siete años de existencia. Según destacó Édgar Vásquez Vela, Viceministro de Comercio Exterior de Perú, país que preside pro tempore la alianza, más del 95% del intercambio es con socios con los que tiene acuerdos comerciales. Al tiempo que sostiene múltiples negociaciones con otros mercados, busca potenciarse internamente. “Tenemos el gran reto de hacer más relevante el comercio regional. Mientras en Europa el 65% del comercio es intra-regional, en America Latina sólo el 16% es con países de esta región”, afirmó.
Los expertos reconocieron la importancia de acercar los beneficios de los acuerdos al ciudadano de a pie. Beneficios que van más allá de lo netamente comercial e incluyen libre movilidad, exención de visas, revalidación de títulos profesionales, políticas de género, medio ambiente, derechos humanos y seguridad, y estrategias turísticas, entre otros.
Desafíos de cara a los mercados globales
Como región exportadora de materias primas, uno de los grandes desafíos latinoamericanos es fortalecer el comercio con valor agregado, reconocieron los expertos. Unidos, los países de las alianzas comerciales regionales apuntan a los mercados globales, como la Unión Europea, Estados Unidos y Asia con su peso creciente. “El mercado asiático es de gran interés para las alianzas comerciales latinoamericanas. China es el primer socio económico del Perú desde hace dos años, cuando desplazó a Estados Unidos”, destacó Vásquez.
“En la coyuntura global, el principal reto por superar es la tendencia a la imposición de medidas que restringen el comercio a escala global, un fenómeno que está mediáticamente focalizado en lo que está pasando entre Estados Unidos y China, que ya está teniendo efectos”, advirtió Vásquez.
Si bien la reducción de aranceles ha facilitado el comercio internacional, a escala global hay una creciente tendencia a la imposición de medidas no arancelarias, ya sea de tipo sanitario, técnico de etiquetado o regulatorio, entre otros.
“Eso genera muchos retos para el comercio, sobre todo en economías en desarrollo como las latinoamericanas, que somos pequeñas pero altamente integradas al mundo en nuestro comercio. Hay un entramado de reglas complejas y el cuello de botella de la integracion latinoamericana es la deficiente infraestructura en carreteras, ferrocarriles, aérea y de banda ancha”, dijo Vásquez.
“La infraestructura física y digital es un debe en la región y un problema estratégico”, coincidió Baluga. “Tenemos que superar temas logísticos y de operación del comercio internacional. Necesitamos mayor convergencia regulatoria y un diálogo más frecuente. A pesar de que hablamos el mismo idioma, no nos estamos entendiendo”, dijo Redondo, quien lo ejemplificó con el hecho de que SIECA es vecina de México, pero el comercio no alcanza el 4%.
El escenario actual añade también incertidumbre. “En la candidatura de Bolsonaro en Brasil, el Mercosur ni siquiera tiene referencias. No sabemos si ese discurso de campaña se mantendrá y las promesas rupturistas se cumplirán. Gane quien gane, habrá que analizar cómo sigue adelante el Mercosur”, adelantó Baluga. En la medida que se imponen agendas de sectores proteccionistas, el anhelo histórico de integración latinoamericana se hace más difícil.