La intención de poner en marcha un programa de renovación vehicular se ha retomado con fuerza dado el deterioro que el parque muestra y como una forma de incentivar la movilización de mercancías para facilitar la implantación de reformas estructurales. Al respecto, varios sectores han ya expuesto sus opiniones tras varios intentos fallidos en administraciones anteriores, además de que algunos gobiernos estatales, del Distrito Federal, Estado de México, Hidalgo, Morelos, Puebla y Tlaxcala, aceleraron debates en torno al mismo luego del endurecimiento del programa “Hoy No Circula”, que causó molestias entre la población de la región centro del país.
Al ratificar el compromiso del Gobierno federal para generar el mejor ambiente de negocios para las empresas, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, comentó hace unos días que en enero será relanzado un nuevo mecanismo de este tipo, el cual combatirá el ingreso al país de automóviles que no cumplen con las normas, mejor conocidos como “autos chocolate”.
“Tenemos instrumentos que estamos trabajando a través de la banca de desarrollo, algunos son programas piloto que estamos desarrollado con algunas de las armadoras para financiar a los clientes de pequeñas empresas la adquisición de vehículos, y les anticipo que en el mes de enero por instrumento del presidente Enrique Peña Nieto, daremos a conocer una renovación”, señaló el pasado jueves.
El secretario de Economía, Ildefonso Guajardo Villareal, hace algunas semanas había dejado entrever el anuncio al mencionar que ya existían pláticas con Nacional Financiera. “El programa de financiamiento al autotransporte de la SE está en marcha con Nafin, pero el programa en el que estamos trabajando y que es muy importante, es el programa de “chatarrización” en el sector, donde se han dado una serie de elementos para tratar interinstitucionalmente con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
El funcionario señaló en su momento que la renovación vehicular es parte de un programa integral que desarrollan con la industria, tiene la intensión de que los vehículos en circulación no sean altamente contaminantes.
Por su parte, el director general adjunto de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), Guillermo Rosales Zárate, ha dicho que los organismos de la industria se encuentran en pláticas con el Gobierno para su implementación.
El pasado 8 de septiembre, el directivo señaló que todavía no había nada: “Nos encontramos en pláticas, sin embargo, aún no hay nada decidido al respecto. No hay avances ni nada que anunciar todavía, siguen las conversaciones pero no hay nada aún”, dijo.
A su vez, el director general de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), Fausto Cuevas Mesa, secundó las conversaciones con el Gobierno del Distrito Federal y Nacional Financiera (Nafin) para respaldar a los comerciantes ambulantes, con vehículos comerciales pequeños.
“Buscamos impulsar un programa que tome en cuenta las experiencias anteriores y con la menor carga burocrática posible, pero con los controles que exige la aplicación de recursos públicos. Debemos pensar en proyectos adicionales, más innovadores y necesitamos demostrar las capacidades para atraer inversiones, dijo.
El directivo añadió que también existen pláticas con la Secretaría de Desarrollo Económico del Gobierno del Distrito Federal.
El 17 de junio pasado el Gobierno del Distrito Federal, encabezado por Miguel Ángel Mancera anunció la modernización del programa “Hoy No Circula” en la ciudad y Estado de México.
Según la nueva norma, la calcomanía uno será para aquellos autos de nueve a 15 años, los cuales además de descansar un día a la semana, han dejado de circular dos sábados al mes.
El holograma dos corresponderá a los de 15 años en adelante, quienes deberán dejar de circular todos los sábados además del día que el color de calcomanía indica.
El fallido programa de 2009
Cabe recordar el fallido programa de renovación vehicular presentado por el entonces presidente Felipe Calderón, a principios del segundo semestre de 2009, el cual contemplaba apoyos por 15 mil pesos a cada uno de los interesados en cambiar su unidad, la cual no debía superar el costo de 160 mil pesos. El Gobierno en ese entonces destinó 500 millones de pesos, con una posible ampliación a mil millones de pesos dependiendo de los resultados. El exmandatario exhortó a los Estados del país a integrarse al programa, sin embargo, fueron muy pocos los que se sumaron. En aquel julio de 2009, en el Congreso se aplaudió la medida: “Por fin va a haber un verdadero apoyo al mercado interno”, exclamaron algunos.
Los requisitos que impuso el Programa de Renovación Vehicular le dieron al traste. Además de que a alguno de los “estrategas” financieros que elaboraron en el plan no tomaron en cuenta que con 15 mil pesos de apoyo al consumidor no se podía hacer mucho para realmente comprar un auto nuevo y detonar la compra masiva, como ha sucedido en otros países, aunado a la crisis mundial que se presentó a raíz del AH1N1, enfermedad que causó estragos en la economía mundial ese año.
Entre los principales requisitos del programa fallido en 2009 fueron: visitar al distribuidor de vehículos nuevos de su preferencia y verificar que participara o pretendiera participar en el programa; manifestar su interés de beneficiarse del programa: seleccionar el vehículo que deseara comprar, siempre y cuando su precio no excediera los 215 mil pesos antes de impuestos y una vez descontado el apoyo del Gobierno federal; proporcionar al distribuidor los datos del vehículo que a a destruir; dar de baja el vehículo a destruir ante las autoridades locales; seleccionar y acudir a una empresa de reciclaje, donde recibiría un pago por el vehículo a destruir en función de su peso en chatarra y regresar con su distribuidor para que hiciera efectivo el apoyo de 15 mil pesos y le entregara su nuevo vehículo.
Con este programa la Secretaría de Economía impulsaba a las empresas y a los trabajadores del sector automotriz y “garantizaba un medio ambiente más limpio para los mexicanos”.
En los primeros meses de aplicación del plan se habló de mil 200 personas que ya estaban en proceso de compra. En las distribuidoras la información no era clara. Culpaban a los centros chatarrizadores de insuficientes, una vez que un habitante de otro estado tendría que trasladarse hasta Ecatepec, por ejemplo, se quejaban los interesados en el programa. No era viable. Tal pareciera se hubiera diseñado para que nadie quisiera aprovecharlo.
Entraron al quite las asociaciones automotrices AMIA y la AMDA, proponiendo que se utilizaran de una vez los 500 millones de pesos e incentivar con 30 mil pesos a cada comprador. No les hicieron caso. La Secretaría de Economía dijo que el programa iría fluyendo poco a poco, al tiempo. Pero no fue así. Muchos automovilistas encolerizados estallaron contra las distribuidoras y contra el Gobierno federal. “Es una mentira”, “es una vacilada”, “nos tomaron el pelo”.
Fue hasta el 8 de febrero de 2010 cuando Luis Gómez Sánchez, nuevo presidente de la AMDA en aquel entonces, sepultó el programa: “El Programa de Renovación Vehicular se ha agotado. Los 250 millones de pesos iniciales del plan, canalizados a través de las plantas armadoras, se han utilizado. Hasta el momento se han chatarrizado 12 mil vehículos y 4 mil más están en el proceso de autorización”. “A duras penas llegará a 16 mil unidades si las cifras de Economía son reales y no infladas”, dijo. El programa era para 33 mil vehículos. El presidente de la AMIA, Eduardo Solís, en su momento, señaló que el programa había fracasado.
Nuevo intento por mejorar el parque vehicular
El actual Gobierno federal, junto con los del Distrito Federal, Estado de México, Puebla, Tlaxcala, Hidalgo y Morelos, anunciaron que presentarán en breve un programa de apoyo a la población afectada por las modificaciones hechas al “Hoy No Circula”, cuyo objetivo es ayudar a las personas a cambiar sus automóviles por uno nuevo, dijo después el titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Juan José Guerra Abud.
Aseguró que en el plan que llevan a cabo la SE con el sector industrial se prevé la regulación de las importaciones de vehículos procedentes de Estados Unidos para que cumplan con las normas físicas y medio ambientales que se exigen a las unidades en territorio nacional.
El funcionario federal aseguró que los cambios al “Hoy No Circula” eran necesarios para poder proteger la salud de la población y en beneficio del medio ambiente, sin embargo, calificó la nueva medida como “muy dura”, aunque la justificó: “Había que tomarla, pues existen evidencias científicas y estudios de cómo la contaminación está afectando la salud de la población, y en particular a los niños. No podemos volvernos cuando está en juego la salud pública, no podemos dejar de tomar estas decisiones”.
Por otro lado, abundó en que un auto de 15 años de vida, aunque esté en buenas condiciones o incluso acabara de salir de la agencia, contamina 10 o 15 veces más que un nuevo, y los modelos de más de 15 años lo hacen 20 veces más.
La industria de los pesados
Por otra parte, integrantes de las principales organizaciones de transportistas del país demandan a las autoridades frenar la entrada de camiones importados de Estados Unidos, así como un programa de “chatarrización” para incentivar el mercado interno y la modernización del transporte, elemental ante la cristalización de las reformas estructurales.
Durante los trabajos realizados en el Foro “Acciones que Fortalecen al Transporte”, el representante de ANPACT, Miguel Elizalde, señaló: “Tenemos un mercado interno estancado en los últimos años, una vez que en 2014, si bien han ido incrementándose mes a mes las ventas, no se alcanza las que se tenían en años atrás”.
Manifestó que lo que impide recuperar terreno en el mercado interno es principalmente la importación de vehículos de carga usados de Estados Unidos. “Consideramos que es competencia desleal, ya que estos vehículos entran a México sin cumplir un acuerdo ambiental y un decreto de la Secretaría de Economía, es decir, entran vía amparos”, denunció.
Informó que del año 2012 al 2013 la internación de camiones usados creció 74 por ciento, y dijo que por cada 100 tractocamiones nuevos que se venden, entraron a nuestro país 86 usados de Estados Unidos y la edad promedio es de 17 años.
En conclusión, lo cierto es que para implementar un programa integral para renovar el parque vehicular y mejorar el medio ambiente, el Gobierno y la industria, así como las instituciones financieras y las firmas de autofinanciamiento, se deben asegurar que este programa resalte los aspectos económico-sociales que traigan verdaderos beneficios a la población y mejoren el ambiente, frenen la importación desmedida de vehículos del extranjero y logren incentivar al autotransporte para hacerlo más competitivo. Por ahora, no queda más que esperar.
“Estoy convencido de que se va a hacer un mejoramiento de nuestro programa de financiamiento a la chatarrización, queremos estímulos más eficaces, mejor dirigidos para quienes hoy quien tenga un camión en condiciones que debería de llevarlo al desuso lo pueda hacer financieramente, que tenga los incentivos y que además derive en la adquisición de un camión fabricado en México”, aseguró Luis Videgaray.
