Al recibir cursos de capacitación constantes, el trabajador es 35% más productivo y recibe un aumento salarial. Si la empresa invierte en estos cursos tiene el doble de posibilidades de sobrevivir.
A pesar de estos beneficios, el gobierno mexicano apenas invierte 1.5 del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que naciones como Corea destina el 7% de sus ingresos en el mismo rubro.
Salvador Herrera, director general de Capacitación de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STyPS), explicó que la nación asiática inició estos programas hace tres décadas y el cambio en su productividad y economía fue precisamente por la capacitación a sus trabajadores.
Pese a esto, ni las empresas ni el gobierno federal le daban la importancia que tiene, hasta hace un par de años.
Al inicio de la administración de Enrique Peña Nieto, el programa de capacitación de la dependencia tenía un presupuesto de 374 mil pesos para brindar cursos de capacitación a las empresas que buscaban un curso gratuito.
“Esto es el ejemplo claro de cómo se le daba importancia al tema”, señaló el funcionario, en entrevista con Manufactura.
Dos años después, la dependencia logró incrementar el gasto 28 veces, y ahora la dirección ejerce 3.3 millones de pesos, de los cuales la mayoría se destinan a cursos de capacitación para pequeñas y medianas empresas que estén formalmente constituidas.
El funcionario explicó que en este tiempo han brindado cursos de distintos tipos y en distintos ramos económicos a 38 mil trabajadores. Sin embargo, la demanda es alta y cada año se atienden seis mil solicitudes, aunque se reciben el triple.
“Antes todo era empírico, pero ahora se tienen que profesionalizar (…) porque si el trabajador no se certifica pierde la oportunidad de mejorar”, añadió.
Uno de los ejemplos más recientes fue la capacitación de 400 dependientes de farmacias que solicitó la Asociación Nacional de Farmacias de México (Anafarmex). Después de esto, las ventas se incrementaron porque los empleados estaban mejor preparados para atender el establecimiento y los patrones decidieron darles un aumento del 8%.
Sin embargo, el certificado no es para siempre. Por ley, el documento tiene una validez de dos años y hay que renovarlo. En caso de que esto no ocurra, los inspectores de la Secretaría del Trabajo multarán a los patrones por no cumplir con este beneficio para sus empleados.
Actualmente, la STyPS trabaja en conjunto con la Secretaría de Educación Pública para certificar a los trabajadores y hasta el momento se han constituido 460 estándares distintos en todas las ramas laborales, para atender las necesidades de cada una de ellas.