Más de 4 mil millones de dólares fue el impacto generado por las represalias arancelarias que impuso México desde 2009 a productos procedentes de Estados Unidos, como consecuencia del incumplimiento a lo pactado en el TLCAN en materia de transporte de carga.
Desde su entrada en vigor en 1994, el tratado arrastra el problema entre ambas naciones, ya que EU no cumplió la cláusula que permitiría el libre acceso a camiones de carga mexicanos sólo en los estados fronterizos estadounidenses a partir del 18 de diciembre de 1995 y total en el año 2000.
Debido a las presiones de los transportistas, el presidente en turno, William Clinton se negó a poner en marcha la primera etapa y México presentó una queja ante un panel de resolución de disputas del TLCAN en 1998, pero tuvieron que transcurrir dos años para que los panelistas se reunieran.
Fue en los últimos días de noviembre de 2000, cuando México ganó al país vecino del norte el panel de controversia y se esperaba que el 29 de diciembre de ese año se terminara con el conflicto camionero, lo cual no sucedió aunque se ratificó en febrero de 2001, ya en el mandato de George W. Bush.
Bajo el amparo del TLCAN y la Organización Mundial de Comercio (OMC) que permite el incremento de un arancel por incumplimiento de lo acordado en el TLC, el gobierno mexicano contempló realizar la acción sobre diversos sectores por un monto equivalente a los daños causados por el impedimento del ingreso de camiones.
Previo a la primera represalia arancelaria, entre 1994 y 2006, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Economía (SE), a través del TLCAN, el comercio trilateral se triplicó y alcanzó más de 2 mil millones de dólares diarios, la economía mexicana creció 39.8% en términos reales, y en ese periodo, México recibió 108.6 mil millones de dólares en Inversión Extranjera Directa (IED) de Canadá y EU.
Fue hasta febrero de 2007, cuando ambos gobiernos acordaron la implementación de un programa demostrativo de acceso al autotransporte de carga que culminaría al año y con prorroga hasta 2010, pero al promulgar la ley de gastos del año fiscal 2009, las autoridades estadounidenses suspendieron el financiamiento del programa.
Como respuesta, la SE en marzo de 2009 anunció las primeras represalias comerciales que incrementaron el arancel a la importación de 90 productos industriales y agrícolas, con valor de 2 mil 400 millones de dólares.
En agosto de 2010 el gobierno de México reforzó las represalias con un carrusel arancelario que se aplicó a 26 nuevos productos. En enero pasado, la SE frenó el carrusel arancelario, pero no los aranceles a 54 productos agropecuarios y 45 industriales, ello como parte de las negociaciones para resolver el conflicto fronterizo y, el 3 de marzo, el presidente Felipe Calderón Hinojosa junto a su similar de EU, Barack Obama, dijo que las represalias serán suspendidas de manera gradual.
