La importancia de Chile a nivel mundial como proveedor de cobre no es un misterio: tenemos el 33,3% de la participación del mercado, es decir, un tercio de todo el cobre que se comercia internacionalmente es chileno. Sin embargo, sí puede sorprender el saber que el 69% de todas las truchas congeladas que se exportan en el mundo son chilenas, o el 25% de los arándanos frescos, o el 25% de los salmones congelados o el 21% de las uvas frescas que se transan internacionalmente son chilenas. Lo anterior teniendo en cuenta que el total de exportaciones de Chile en 2010 representó sólo 0,4% de las exportaciones del mundo. Eso sí es un logro, si pensamos que como país nos hemos propuesto aumentar las exportaciones y diversificar la canasta exportadora más allá del cobre.
Hace 32 años Chile tomó la decisión de iniciar una rebaja de aranceles unilateralmente, la meta era desarrollar un país con un sector exportador importante. Hoy, luego de más de tres décadas de trabajo, nuestro país sigue consolidando su vocación exportadora debido a que su industria exportadora ha sabido ir desarrollándose acorde a los tiempos que vivimos, cumpliendo los mismos estándares que las empresas de los países desarrollados.
Accedemos a 58 mercados (países) en América, Europa, Asia y Oceanía, con ventajas competitivas para nuestro sector privado que se reflejan en rebaja o eliminación de aranceles, homologación de trámites aduaneros, reconocimientos fitosanitarios de nuestro procesos productivos, entre otros. De esta manera, nuestros sectores de Alimentos Procesados, Fruta, Productos Químicos, Forestales y Metalmecánicos, así como el del Vino, el Salmón, la Truchas y de las Carnes, entre otros, han crecido y evolucionado a niveles mundialmente competitivos, que, sabiendo aprovechar estos acuerdos, han permitido que parte de nuestro Chile sea apreciado en los más diversos lugares del mundo.
Pero a nivel interno esta apertura también ha generado grandes beneficios, si pensamos que el comercio exterior representa el 72% del PIB y que eso contribuye a la creación de empleo y acceso a bienes de consumo y de capital que antes no estaban al alcance de la población.
El desarrollo de los mercados asiáticos, la creciente multipolaridad del escenario internacional y la necesidad de desarrollar una labor de promoción de Chile cada vez más eficiente, orientan el presente y futuro la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales, en tres área principalmente: mantener una política de apertura de nuevos mercados, concluyendo nuevos acuerdos comerciales, en particular con países del Asia sin descuidar la relación vecinal; profundizar la participación en Organismos Internacionales relevantes en la agenda económico-comercial y apoyar a un número creciente de empresas exportadoras chilenas, con énfasis en PYME, servicios, regiones, empresas altamente innovadoras e incorporando elementos diferenciadores que permitan a los exportadores enfrentar las nuevas tendencias de los consumidores.
En definitiva, el modelo de desarrollo económico y de apertura comercial que Chile ha seguido por más de 30 años, ha sido exitoso y conviene perseverar en éste, abriendo nuevos mercados y profundizando los acuerdos ya negociados.