Ante posibles imposiciones de medidas con motivo de la sección 232 a las autopartes y vehículos importados de todo el mundo por parte del Gobierno de Donald Trump, luego de recibir los resultados de la investigación del Departamento de Comercio el pasado 17 de febrero, EU tendrá 90 días para tomar la decisión de imponer, o no, medidas de protección a su industria, lo que podría no afectar a México.
De acuerdo con un análisis de Foley Gardere Arena, de imponerse alguna medida proteccionista, en la práctica se estaría “poniendo un techo” a la utilización de la integrada cadena de proveeduría en la región de Norteamérica, y se restaría competitividad a las armadoras que han recurrido al libre comercio con el TLCAN.
- El dato: 80 por ciento de las exportaciones mexicanas van hacia EU
Es decir, imponer medidas proteccionistas a las importaciones de vehículos y autopartes va contra toda lógica comercial, ya que produciendo exclusivamente insumos domésticos, la industria estadounidense no puede exportar a precios competitivos, y sus precios internos crecerían artificialmente. En síntesis, “se rompería el muy delicado balance que llevó 25 años construir a través del TLCAN”.
De acuerdo con Darci Vetter, vicepresidente de agricultura, alimentos y comercio de Edelman, Estados Unidos debe resolver los problemas de acero y aluminio, ya que es “realmente importante” la aprobación del T-MEC “para demostrar que seremos el socio más confiable de Canadá y México”.
Además, el secretario de Agricultura de Estados Unidos, Sonny Perdue, señaló que el gobierno de Trump avanzaba en la resolución de los aranceles de la Sección 232 sobre acero y aluminio impuestos a Canadá y México, y dijo que podrían ser reemplazados por “cuotas razonables”.
En tanto, la Secretaría de Economía dijo que impondrá otra vez la salvaguarda de 15 por ciento a las importaciones de países con los que México no tiene acuerdo.