Puebla, Pue.-El especialista aseveró que “es muy difícil que esto se logre porque no todo se puede gestionar a través de órdenes ejecutivas, existe una división de poderes y una forma de hacer política del establishment de Estados Unidos, en donde los consensos están muy divididos; además, existe un Tratado de Libre Comercio y México es parte de una Organización Mundial de Comercio que tiene reglas, por lo que sólo se podría aplicar un arancel del 3 ó 4 por ciento, que también sería perjudicial pero no como busca Trump. Ahorita no nos pueden poner impuestos, no nos pueden poner nada, el producto se sigue desplazando”
Las consecuencias de establecer estos aranceles, explica Chávez Capó, serían que costaría más trabajo desplazar los productos poblanos y tendrían que ser muy bien aceptados en Estados Unidos, porque ese arancel a final de cuentas lo terminaría pagando el consumidor estadounidense. A su vez, el dólar se fortalecería, lo que no le conviene a EEUU porque no puede exportar sus productos y se obliga a ser un importador, debido a que todo a su alrededor es más barato. México ya no podría adquirir productos provenientes de EEUU al incrementar los costos.
“Afortunadamente, el mercado es muy grande y México puede hacer socios comerciales con las mismas características que con EEUU, porque existen tratados de libre comercio con casi toda América Latina y si la Secretaría de Economía, la de Relaciones Exteriores, operan de manera adecuada, se puede empezar a desplazar productos a dichos mercados. También hay que ver hacia el mercado europeo y asiático, aunque ahí lo que nos mata es la logística”, reconoció el académico Upaep. Para ello, es necesario tener puertos de altura para que entren barcos de gran calado y se pueda realizar la actividad comercial, reactivando de manera eficiente el Puerto de Veracruz y el Puerto de Tampico. También recomendó abrir puertos de altura en el Pacífico, pensando en el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP).
A las pequeñas y medianas empresas poblanas, Anselmo Chávez les sugiere buscar medidas que mejoren la producción y disminuyan los costos, así como estar alerta para una inyección en la demanda. También es recomendable que busquen desplazar sus productos en el mercado interno o buscar otros mercados, aunque nuevamente las cuestiones de logística pudieran ser un problema, porque no hay una cadena de valor para distribuir los productos. Aseveró que los mejores mercados alternos a EEUU serían Centro y Sudamérica por cercanía y, eventualmente China por el volumen de compra; además se pueden hacer convenios origen-destino, en los cuales si llega un barco con ciertas características, se pueda llenar de mercancía y se regresa lleno para trabajar en China, Japón, Corea del Sur y todos los países que tienen una economía en desarrollo, que son mucho más estables.
El economista de la Upaep destacó que las políticas públicas establecidas por el gobierno deben ser de tal magnitud que permitan realizar procesos productivos con competitividad y sustentabilidad, y eventualmente atacar el mercado de Centro y Sudamérica con un valor compartido, para enriquecerlos a ellos y entonces la gente no se venga para acá. Darles un crecimiento y hacer un círculo virtuoso hacia el sur donde ya no tengan que moverse, detener la inmigración y provocar también el crecimiento de México. Sin embargo, la gran debilidad de este país es su mercado interno debido a que la gente no puede adquirir productos caros con sueldos bajos, siendo un gran problema la Reforma Hacendaria que limita la capacidad de los trabajadores y empleadores mexicanos porque la carga fiscal es excesiva. “Si todos sabemos que la debilidad de México es su mercado interno, cómo vas a activarlo si a la gente que le pagas le quitas una tercera parte de su ingreso, y si el 75 por ciento de la gente ganan entre uno y tres salarios mínimos, cómo haces que se compren un coche sencillo con siete mil pesos, saque una casa de Infonavit y meta a sus hijos a una escuela particular. Esa es la problemática, esos son los puntos que debería tocar el gobierno mexicano”.
Por su parte, Juan Carlos Botello Osorio, catedrático investigador de la Facultad de Comercio Internacional de la UPAEP, señaló que los mexicanos se han convertido en perfectos maquiladores, lo que se debería haber “brincado” desde hace muchos años y dar el siguiente paso pero se requieren políticas públicas adecuadas para ello. Sobre el impacto en las exportaciones poblanas, manifestó que la economía depende en mucho de la industria automotriz y Estados Unidos es un destino importante para las exportaciones, ya que Volkswagen y Audi han manifestado que existe un mercado global. “Hasta no tener una política comercial clara por parte de Trump, una empresa no debería dejar intimidarse por un Tuit”, en lo que coincide Anselmo Chávez quien señala que no hay que “apanicarse”.
Botello Osorio destacó que Volkswagen de México está cobijada por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte para tener preferencia arancelaria en el mercado de destino, vía un certificado de origen donde se demuestre el tratamiento arancelario que se le da al producto y estos tratados tienen medida de salvaguarda que pueden ser impuestas cuando haya una situación que lo amerite. Consideró que no hay que dejarse intimidar por una estrategia de negociación “donde el que da el primer golpe es el que te noquea”. Sobre la diversificación de mercados como una solución, aseveró que “la realidad el mundo tampoco está creciendo” por lo que lo primero es “ordenar la casa” con el desarrollo de políticas públicas acordes a la realidad que se está enfrentando y fortalecer el mercado interno.
A su vez, Luis Andrés Cabrera Mauleón, director de la Facultad de Ingeniería en Agronomía de la Upaep, señaló que los principales productos agroalimentarios que exporta Puebla a Estados Unidos son hortalizas, provenientes de la zona centro del estado, Tecamachalco, Acatzingo, que son zonas de riego con pozo. Coincidió con Chávez Capó en que el arancel que quiere imponerse tendría que ser pagado por los consumidores estadounidenses, por lo que no sería una política práctica para su propio mercado. “Si se está importando ese producto, es porque es necesario en ese mercado”, dijo, por lo que es una desventaja para ellos. No sólo es el tema económico, también hay factores sanitarios que impiden entrar productos de este sector a ambos países, mas aún no hay una política específica para evitar que productos mexicanos lleguen a Estados Unidos, como se manejó con un cargamento de aguacate proveniente de Jalisco. Indicó que existe un potencial muy grande de comercialización en Europa, Asia, Australia, Sudamérica y Centroamérica, por lo que hay que reforzar los tratados comerciales en estas zonas.
José Juan Zamorano Mendoza, profesor investigador de la Facultad de Ingeniería en Agronomía de la UPAEP, indicó que estas políticas en contra de México afectarán también a los estadounidenses porque los productos mexicanos son de mejor calidad y de mucho menor precio. México lo que más importa de Estados Unidos es maíz, alrededor de dos mil 300 millones de dólares al año, seguido por la soya, que se ocupa para la producción de aceites. Sobre las posibles afectaciones para Puebla, indicó que al ser uno de los estados de mayor producción nacional de huevo, pollo y cerdo, habría una repercusión al depender del maíz para alimentar a los animales, por lo que habría que ver hacia otros países, como China y Brasil, para adquirir estos productos más baratos. Subrayó que ambos países están bastante ligados en la cuestión comercial y el 20 por ciento de los productos agropecuarios que se consumen en EEUU son mexicanos, cantidad similar para México, por lo que el conflicto que está generando Trump afectará a ambos países. Finalmente, aseveró que México debe pensar en el peor escenario en que el TLCAN va a desaparecer y Trump va a incrementar los aranceles, por lo que hay que incrementar la producción nacional de maíz, mejorar la productividad, desarrollar nuevas tecnologías para producir soya y buscar nuevos proveedores