La cuesta de enero no deja de crecer para los mexicanos. Además del desplome del peso y el aumento de la gasolina que han repercutido en la canasta básica, el precio del gas LP (utilizado en el 70% de los hogares) se ha disparado en las últimas dos semanas. De acuerdo con los precios máximos publicados por la Comisión Reguladora de Energía (CRE), los incrementos varían entre el 15% en el Estado de Tabasco y el 35% en Baja California Sur. Los cambios se deben a la liberalización de precios del combustible que se estableció en la reforma energética y que a partir de este año se implementa por primera vez.
Al igual que con el precio de la gasolina, el Gobierno ha decidido que el gas LP se determinen por la oferta y la demanda. Desde el año pasado, los distribuidores del combustible tienen la libertad de importar directamente el producto o comprárselo a Pemex. Los vendedores han justificado los aumentos por la situación en el mercado y culpan a la empresa estatal, responsable del 65% de la oferta, de los nuevos precios.
Entre los Estados más afectados por la liberación se encuentran, junto con Baja California Sur, Sonora, Quintana Roo y Guanajuato con incrementos de entre el 24 y 35%. En la Ciudad de México pasó de venderse en 13.08 a 15.58 el kilogramo de gas LP.
La CRE determina los precios de Pemex de acuerdo con el valor de referencia internacional, el costo del transporte y una contraprestación por el uso de la infraestructura necesaria. Durante el año pasado, se importaron 160,000 barriles diarios de gas LP, mientras que se produjeron 203,000 barriles diarios en el país.
Mientras el precio de energéticos y alimentos aumenta, el Gobierno defiende que la inflación en 2017 será moderada. Los especialistas en economía consultados por el Banco de México señalaron en diciembre, antes del gasolinazo, que este año habrá una inflación de 4,13%, pero otras instituciones, como el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), afirman que será de más de 4,7%.