Cuando recién comenzaron a aparecer las grandes embarcaciones a mediados de los 2000, eran sinónimo de poder de mercado y un negocio consolidado. Ahora, las naves de gran envergadura son protagonistas de fusiones, adquisiciones y operaciones integradas que buscan generar economías de escala que se han transformado en una medida necesaria para sobrevivir. Esta tendencia ha generado uno de los cambios de paradigma más grande que la industria ha tenido que enfrentar.
El documento PORT MANAGEMENT IMPLICATIONS FROM ECONOMIES OF SCALE IN THE LINER SHIPPING INDUSTRY, por Ricardo J. SANCHEZ, UN-ECLAC; Universidad Católica, Buenos Aires, Argentina; y Gordon WILMSMEIER, Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia; Hochschule Bremen, Bremen, Alemania; estudia los desafíos de alcanzar eficiencia y ha cuestionado qué tan efectivas pueden realmente ser las economías de escala, ya que las naves más grandes necesitan más recursos para operar e instalaciones portuarias más extensas con mayor infraestructura para manejar carga de manera adecuada, atender naves apropiadamente y cumplir con exigencias ambientales y sociales.
La “carrera de escala”
“Las economías de escala ocurren cuando los costos de operación promedio van decreciendo mientras la producción va en aumento. Los altos costos de capital de las naves son repartidos entre una gran cantidad de unidades (contenedores o toneladas de carga) en la medida que más pueden ser transportados (…) Por lo tanto, la cooperación permite compartir resultando en economías de escala”.
A ratos pareciera como si la industria naviera estuviera en una constante “carrera de escala”, compitiendo entre sí para ver quién puede alcanzar mayor capacidad y conquistar más rutas en el menor tiempo posible mientras se aumentan las ganancias; en vez de enfocar sus energías en mejorar la eficiencia operacional/financiera. Esta carrera de escala ha añadido presión en la infraestructura portuaria, la cual ha estado luchando por mantener el ritmo del rápido crecimiento de los barcos y las operaciones integradas entre navieras. “En la medida en que los portacontenedores son cada vez más grandes y las inversiones requeridas para que los puertos puedan acomodarlos aumentan inexorablemente, el riesgo de perder servicios ante otro terminal y las multas asociadas también van en aumento. Los intentos de la industria para mitigar esta incertidumbre están basados en estrategias tradicionales que imitan experiencias y aproximaciones estándar del sector naviero y otras corporaciones globales (…) La productividad de los terminales a la luz de grandes embarcaciones y la decaída y a veces detenida actividad de demanda crea un desafío significativo para las operaciones portuarias”, lee el documento.
Las recaladas de grandes embarcaciones con menor frecuencia en terminales presentan un gran desafío para los terminales en términos de infraestructura, equipamiento y requerimientos laborales. “La menor frecuencia de recalada de grandes embarcaciones crean puntos álgidos de demanda más pronunciados que estresan significativamente a los terminales en términos de gasto inicial de capital y gastos operacionales para acomodarlos. Los requerimientos incluyen mayor cantidad y tamaño de grúas, muelles más largos con calados más profundos y en el caso de canales de acceso, más extensiones para acopio de carga, mayores nexos de conectividad y transporte terrestre”, destaca el reporte.
Necesidad de consolidación
Por lo tanto, el despliegue de embarcaciones grandes es, en sí, particularmente desafiante ya que el costo de la superestructura y disponibilidad de fuerza laboral en algunas localidades restringe la cantidad de grúas adicionales que pueden ser desplegadas para cada nave. El documento propone que la naturaleza cambiante de la demanda requiere una capacidad de terminales menos fragmentada (menos terminales y más grandes en cada puerto) lo que implica la consolidación de terminales, tanto física como en términos de propiedad. En combinación con el establecimiento de alianzas en el sector de transporte naviero, esto lleva a significativas alteraciones de las redes de servicios y patrones de recaladas portuarias.
A medida que las navieras continúan fusionando operaciones y creando alianzas, los puertos tendrán que implementar una estrategia similar para integrar una red de servicios y compartir información sobre grandes naves que recalan en puertos de una misma ruta, aun cuando sean operados por diferentes compañías. En la carrera de escala, la consolidación es clave.