El Musel capta actualmente entre el 85% y el 90% de la mercancía contenerizada que tiene origen o destino en Asturias, según estimaciones de fuentes empresariales expertas consultadas por EL COMERCIO, que consideran que puede ser «incluso positiva» la concentración de oferta en unas pocas líneas marítimas, porque las consolida, siempre que queden garantizadas las conexiones con los principales puertos europeos, desde los que se llega a prácticamente todo el mundo.
La entrada o salida de contenedores con origen o destino en Asturias a través del puerto de Bilbao parece ser cosa del pasado y sólo unos pocos operadores mantienen esa práctica por razones de estrategia empresarial o de favorecer la logística propia, más que por no disponer de las conexiones adecuadas desde el Principado, ya que El Musel cuenta con líneas que cargan la mercancía de cualquier operador o naviera.
Las mismas fuentes empresariales indicaron que, aunque el puerto gijonés ha batido en 2015 el récord de tráfico de ese tipo de mercancía (788.209 toneladas) y fue el segundo mejor año en movimiento de teus (contenedores de 20 pies o su equivalente), la demanda que genera Asturias y su entorno impide rentabilizar muchas líneas, de forma que la consolidación de unas pocas favorece la permanencia del servicio en condiciones económicamente viables para las empresas.
Sin perjuicio de que la creación de nuevas líneas corresponde básicamente a las navieras, este periódico ha publicado ya que la Autoridad Portuaria de Gijón intentó no hace muchos años propiciar una línea regular con Algeciras para acortar los tiempos de tránsito hacia o desde Oriente. Pero eso no implica que desde El Musel no se ofrezca ya conexión con los grandes puertos asiáticos, a través de Rotterdam o Amberes. Se trataba, simplemente, de evitar que la mercancía tuviera que subir hasta Holanda o Bélgica para luego volver a bajar en dirección al Estrecho y a Suez.
Las fuentes empresariales referidas explicaron que El Musel tiene pocas posibilidades de mantener el crecimiento exponencial de la carga contenerizada que logró durante la última década. La razón es que, una vez concluida la captación de la demanda de la región, consecuencia de haber alcanzado los porcentajes que se señalan al inicio de esta información, su situación geográfica no favorece ni la llegada a los grandes centros de consumo (el puerto de Madrid es Valencia), ni la escala de líneas transoceánicas, ya que las que llegan desde Oriente eligieron Algeciras o Tánger, y las que cruzan el Atlántico optan generalmente por el Norte de Europa. En ese sentido, las fuentes consultadas aseguraron que las expectativas generadas por el nuevo canal de Panamá están «claramente sobredimensionadas» y que la única esperanza la ofrecería la saturación de los grandes puertos europeos. Hay que tener en cuenta, por otra parte, que los amplios espacios que ofrece El Musel tienen parangón en las ampliaciones realizadas también por Ferrol y La Coruña, de forma que la principal singularidad en la oferta del puerto gijonés son sus calados.
Estadísticas
El Musel ha multiplicado su tráfico contenerizado en la última década, al pasar de 87.508 toneladas movidas en 7.740 teus, durante el año 2006, a 788.209 toneladas en 61.992 teus, en 2015. El aumento fue progresivo y prácticamente constante, de forma que a mitad de la última década, en 2010, se movieron 444.841 toneladas en 35.571 teus.
En los últimos años, por la limitación de las necesidades del ‘hinterlans’ (ámbito geográfico de influencia) el crecimiento fue menor, pero todavía en los ocho primeros meses de 2016 se registró un incremento del 6,04%, en lo que a teus se refiere, y del 4,27%, si de toneladas hablamos. Los mismos datos, pero correspondientes a la media de las 28 autoridades portuarias españolas, se cifran en subidas del 5,86% y 5,5%, respectivamente, es decir, en ambos casos similares a las registradas en Gijón.
Se da la circunstancia, además, de que El Musel invirtió radicalmente la proporción de la mercancía contenerizada y no contenerizada dentro del capítulo de la carga general.
En 2006, la carga general movida en contenedores era tan sólo el 14,6% del total; en 2010 llegó al 45,6%, y el pasado año superó la mitad, al situarse en el 58%.
