martes, noviembre 26, 2024
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El reto de Colombia es triplicar las exportaciones no tradicionales

Complacidos con el crecimiento de las exportaciones en julio, índice que llegó al 55 por ciento según el Dane, los analistas creen que esa cifra está jalonada por los productos clasificados como tradicionales, con lo que se corre el riesgo de que terminen afectados los sectores de manufacturas y agroindustria.
 

Esa es la anotación que hace Javier Díaz Molina, presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior, Analdex, quien como vocero y en marco del Congreso Nacional del sector, solicitó al Gobierno aceptar el reto de triplicar las exportaciones no tradicionales para lo que resta de la década.

Díaz Molina explicó que se plantea un programa que establezca metas y recoja temas de macroeconomía, tasa de cambio, infraestructura, transporte y revaluación. Así mismo, pide considerar las implicaciones de la infraestructura sanitaria y tener indicadores más certeros para medir las exportaciones.

¿Por qué insisten tanto en la necesidad de triplicar las exportaciones no tradicionales?

Colombia ha venido creciendo sus exportaciones en los últimos años; en el 2001 exportaba 12 mil millones de dólares y este año vamos para 50 mil millones de dólares. Buena parte del crecimiento está sustentado en las exportaciones tradicionales como petróleo, carbón, café y oro; eso es bueno, no se puede decir que sea malo y bienvenidos sean esos recursos, pero se corre riesgos.

¿Qué clase de riesgos?

Que esas exportaciones tradicionales terminen afectando de manera negativa al resto de las exportaciones: como a las manufacturas y a la agroindustria, entonces lo que se propone es una estrategia que permita que lleguemos al año 2020 con exportaciones no tradicionales por tres veces más de lo que hoy tenemos.

¿Es posible triplicar esas exportaciones?

Creemos que sí; si hay una alianza público-privada, con el Gobierno, las entidades del gremio, el sector privado, las organizaciones en las diferentes regiones de Colombia y las organizaciones empresariales que están trabajando en el tema de competitividad, productividad y con las universidades como elemento fundamental.

¿Cómo se involucraría a las universidades y a otros centros de educación superior?

Con los temas de innovación, ciencia, tecnología y desarrollo; ahí tenemos una fuente muy valiosa de investigación que no se está aprovechando ni desde lo privado, ni desde lo público. Particularmente se ha avanzado en las grandes ciudades, pero hace falta en el ámbito regional.
 
Le insisto en el punto central, ¿cuál es el planteamiento para triplicar las cifras?

Lo que estamos planteando es un programa que establezca unas metas, pero también que trabaje unos grandes temas: macroeconomía, tasa de cambio, cómo evitar una excesiva revaluación de nuestra moneda, infraestructura y transporte, para el que se tiene un plan integral. Igualmente, ver nuestra infraestructura en materia sanitaria de cara a los retos que el mundo está imponiendo; hoy se ve que la demanda internacional está centrada en los sectores minero-energético y de alimentos, campos en los que Colombia tiene posibilidades y podemos jugar de manera adecuada.

En sus últimas intervenciones, usted ha sido reiterativo al mencionar la infraestructura sanitaria. ¿Por qué?

Si queremos jugar en el tema de alimentos en el mundo, tenemos que tener certificaciones internacionales; es decir, llegar a los mercados manejando el tema de inocuidad y trazabilidad, lo que implica hacer un trabajo con los productores campesinos con buenas prácticas agrícolas y que se certifiquen. Estados Unidos acaba de expedir una ley de modernización de la inocuidad alimentaria, que moderniza lo que se tenía de 1936, lo que lo convierte en un sistema moderno, pero exigente. Allí hay posibilidades inmensas y un gran reto.

¿En qué otros temas se debe trabajar para concretar esa estrategia?

Al interior de las empresas mejorar competitividad, productividad, gerencia y tecnología. El programa tiene retos en las partes, micro y macroeconómica, pero también tenemos que ponernos metas y hacer seguimiento a las mismas. Soy un convencido de que a pesar de las circunstancias adversas en que se encuentran algunos mercados, es posible que logremos triplicar las exportaciones hacia el 2020.

¿Qué papel juegan las mipymes para aumentar las exportaciones?

 Ya estamos trabajando con ellas y hay que hacerlo a nivel de entes territoriales, acá en Bogotá se trabaja con la Secretaría de Desarrollo Económico en un programa de internacionalización e innovación para pequeñas y medianas empresas. En Colombia somos líderes con un programa de cooperación de la Unión Europea dirigido a internacionalización de pequeñas y medianas empresas, pero considero que hay que trabajarlo en el campo regional.

Usted dice que es obsoleta la medición del Dane clasificando las exportaciones en tradicionales y no tradicionales. ¿Qué propone en cambio?

Hemos estado hablando con el Director del Dane con el propósito de cambiar la clasificación y pasarla a una mucho más moderna, con la que se pueda mirar productos basados en recursos naturales; o los de baja, media y alta intensidad tecnológica; en general, indicadores mucho más ciertos y aproximado para medir cómo es el desempeño de lo que queremos. Quedamos con el Director del Dane en sentarnos la próxima semana, junto con los ministerios de Hacienda y de Comercio, para mirar la nueva metodología hacia donde quisiéramos ir.
 
¿Cuál es el estado real del sector exportador y las expectativas?

Creo que Colombia tiene el reto de diversificar más los mercados. Estamos muy concentrados en Estados Unidos y Ecuador, y creo que hay que abrirnos a otros. El tema de oferta exportable tenemos que revisarlo, más si se quiere llegar a Asia, y también el de nuevas empresas exportadoras. Colombia tiene nueve mil 500 empresas registradas como exportadoras, pero sólo 14 de ellas hacen el 48 por ciento de las exportaciones; necesitamos meterle mucho más en la base, donde hay empresas que exportan menos de 100 mil dólares al año; se está arrancando con la Corporación Andina de Comercio, CAF, un programa para multiplicar por 10 las exportaciones de esas empresas, de tal manera que se logre una mayor participación, ese es el reto.

En esa estrategia ¿también es vital que se desenrede el TLC con EE.UU.?

Eso viene enredado desde hace rato por consideraciones de tipo político; lo que esperamos es que se desenrede en los próximos dos meses; si no, vamos a tener que decir adiós a ese acuerdo. Pero con Estados Unidos sigue siendo fundamental tenerlo, es un mercado al que uno no puede renunciar. No perdemos la esperanza.

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